Querido diario,
Esta última semana he estado
disfrutando como un pitufo en la convención de “Nuevos
súper-héroes” realizada en Manola's City. Ni te lo puedes
imaginar!
Hace cosa de un mes, recibí en casa el
nuevo número de “Héroes de hoy”, donde te pones al día sobre
el mundo de los súper-humanos. Que si los nuevos poderes de este,
que si han dejado tirado a este otro, que si este se ha liado con
aquella, que si “test para saber si tu poder es útil”.. y cosas
de estas.
No me joooooodas!
La cosa es que había un especial sobre
una convención que se realizaría en el mes de octubre, sobre los
nuevos súpers, sus poderes y como hacerse un hueco entre tanto
mutante.
La cosa me pareció muy interesante, ya
que últimamente estaba un poco cansado de utilizar mis poderes en
cosas poco “trascendentales” para la humanidad. Y es que ya me
dirás a quién le importa que una vieja rechoncha y cegata se le
atasque el váter por culpa de confundir la taza con la Termomix. O
que un inspector de hacienda tenga “ciertos picores” en sus
partes traseras y acabes descubriendo que tenían una familia de
hamsters en el culo... con rueda y todo, los muy cabrones! (Ay, el
vicio!). O que tenga que hacer compañía a una desconsolada niñita
a la que se le ha roto su muñequito preferido y ya no tenga con
quién jugar a “papás y mamás”.
Ufffff... muy duro...
Pero lo que me acabó de coincidir era
el acto de presentación de la convención con el mismísimo BATMAN!
Cágate lorito!
Pues sin pensarlo dos veces, me
inscribí y “pallá” que me voy.
Realmente muy interesante. He hecho
amistades que poco a poco te iré presentando, he aprendido algo más
sobre mis poderes “chistorreros” y tengo algún proyecto entre
manos que parece que acabará siendo la hostia.
Lo mejor fue cuando pude hablar con
Batman durante unos minutos. Es un hombre bastante agradable, pero no
me acabó de gustar la manera de hablar como si siempre estuviera
cabreado. Pero le debí caer divertido porqué me presentó a su
mujer y le dijo algo sobre “no volver a comer carne nunca más”.
Y la mujer, entre risas y lingotazos a los chupitos de licor de
melocotón que daban en el pica-pica del local, se me acercó y
dándome una foto de donde se encuentra la Bat-cueva, me dijo entre
susurros:
-Mi marido estará fuera toda la
noche...
La Bat-cueva esta allí, al lado de las escalera... que no lo ves?
Ahí, entre la primera ventana y la segunda!
Si se ve muy claro: en la especie de barandilla que hay...
Oye, donde estás mirando?
Y ahí si que me dí cuenta de lo dura
que es la vida de súper-héroe, trabajando a todas horas por el bien
de la ciudad, sin horarios, sin vacaciones... Y asintiendo con la
cabeza, le respondí:
-Tiene usted un marido que vale un
imperio!
Y con mirada de sorpresa, puede que por
el alago a las obligaciones de Batman, me largué de allí, no si
antes zamparme una bandeja entera de canapés.
Hay que mantener la forma!
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