lunes, 26 de octubre de 2009

MI PEOR ENEMIGO

Querido diario,


Hoy no voy a hablarte de como fue mi primer encuentro con el maligno Morcillus, ni como me enfrenté al grupo de villanos “Los 4 asmáticos”, ni tan solo como pude salir con vida cuando fui acorralado por aquel ejército de amazonas plutonianas sedientas de sexo desenfrenado (uuuhhmmmm!..).

No, hoy voy hablarte del quien tendría que ser un compañero de trabajo, a quien tendría que considerar un socio de la lucha contra el mal, a quien debería ser un amigo al cual pedir ayuda cando se necesita.

Digo “tendría” porqué, evidentemente, no es no compañero, ni socio y, mucho menos, amigo. Estoy hablando del Capità Enciam (Capitán Lechuga para los que no son de Torontontero).

Mira que debe ser buen chaval, majote él con su capa de color verde, su melena al aire, su lechuga estampada en el pecho... Pero es que le tengo una tirria!

El otro día, después de meter la cabeza de un par de gamberretes en el lavabo de un instituto por haber llamado a un pobre chico “Violador de Hello Kittis” (cosa que considero de muy mal gusto..., por la Kitti esa, digo!), pensé en tomarme un pequeño descanso en el bar del centro educativo y recordar viejos tiempos.

Al llegar mi sorpresa fue suprema ya que vi, en aquel pequeño escaparate que hay sobre la barra donde se muestran todas las maravillas del mundo de la bollería y pastelería 100% química, unas cañas de chocolate que me gritaban a destajo un “comeme, comeme... toda, toda... así, así... dame plassser, amorsssote!”. Como no, me las zampé sin pensármelo dos veces, pero al meterme el quinto bollo, alguien me tocó el hombro y sentí una voz aguda que me decía:


-O sea, que tu eres ese super-guachi-mega-molón superhéroe, no! Como mola, chicas, te lo juro por Spears que esto lo cuelgo yo en mi muro del Facebook.


Aquí el equipofemenino pidiendo un Aquarius y 5 cañitas.

Era el equipo de gimnasia artística que salia de su sesión de entrenamiento y aún iban con esos mallots ajustados a mas no poder, sus calentadores, su cinta en el pelo y su maquillaje extrañamente intacto tras el duro ejercicio físico.


-Pues sí, soy el Ca...

-Mola mogollón! O sea, esto es mejor que aquella vez que encontramos a los del Tokio Hotel comprando las Barbies en el Carrefour!

-Si, pero es que yo soy...

-Sí, sí, sí... Si ya sabemos quien eres! O sea, tu eres aquel super-stupendo de la vida que va salvando a los pringaos del mundo, no? Sí, estas super-mono con esa barrigita al aire. Te lo juro por el AAAAAUUUUHHH de la Shakira!


La conversación no era muy fluida, que digamos. Yo intentaba hablar y ellas me avasallaban con sus “o sea”, sus “telojuro” y sus “quemono”.

Y entonces apareció él.


-Home, si es el Capitán Chistorra!


El Capità Enciam (el lechugón) me dio un manotazo en la espalda como si fueramos amigos desde siempre. Y no hay cosa que me moleste mas que uno llegue y se crea el amigo de todos. Y mas si va vestido de verde moco y con la melena al aire.


Que asquito te tengo, que lo sepas!!

El tío iba de “enrollao de la vida”, de colega de la peña, de modernito del momento.


-Qué noi, explicando a estas jovencitas la importancia de comer 5 raciones al día de frutas y hortalizas... O de la vital importancia de respetar el planeta intentando contaminar al mínimo... O no estarás explicando el poder secreto de las 3 ERRES: Reciclar, Reutilizar, Reducir!


Y yo pensé en aquel momento: verduras y hortalizas con lo buena que está la panceta, la morcilla, el ternasco, la butifarra, los huevos rellenos, la fabada astuariana, el puchero de la agüela... Respetar el planeta cuando hace años que nos venden la película de que se acaba el mundo y el cambio climático y todo sigue igual... de las 3 ERRES! Tu me has visto cara de Barrio Sésamo??


Aguanté las ganas de estampar su careto en el tablón de anuncios, entre “Se busca compañera de piso que sepa cocinar, lavar y planchar. Llamar a Jose Mari” y “Fiesta de Telecos. Barra libre a partir de las 6 de la tarde. Concurso de vómito multicolor”


Lo que ya me sacó de mis casillas fue cuando acabó su discursillo para impresionar a las chavalitas con aquello que nunca se cansa de repetir: “Els petits canvis són poderosos” (los pequeños cambios son poderosos).


Pequeños cambios... pequeños cambios... Pequeña se te va a quedar a ti cuando te meta el lechuguino por el trasero.

Perdona, querido diario, pero con los “hippies come-flores” no puedo!







sábado, 24 de octubre de 2009

UN POCO DE DEPORTE

Hoy teníamos partido de baloncesto. Y nada, hemos grabado nuestro calentamiento. Pero no os penseis que la liga de aficionados es "moco de pavo", eh? Hay nivel, neng, hay nivel...

jueves, 22 de octubre de 2009

AL MAL TIEMPO... MALA CARA

Llevo unas semanitas un poco "manta" en lo que se refiere a escribir, publicar nuevas entradas y actualizar el blog.
Por qué?
Puede que por sueño, pocas ideas (o muchas y poco tiempo para desarrollarlas), pereza, no saber si esto se lo lee alguien o es solo la herramienta de via de escape que me aconsejó mi psicoanalista (que aún no conozco pero algún día llegará el día que tenga que ir)...

Lo que sí que estoy convencido es que el cambio de tiempo ha afectado, y mucho, en mi ánimo creativo.
Hemos pasado de tener unos días soleados, calurosos, de "este verano se está alargando", de ir aún en pantalón al trabajo, de alegrarte al dar un paseo por las tardes, etc., a un tiempo un poco "asquerosillo".
Que si ahora hace mas fresca, que si el sol se esconde, que si llueve o solo són 4 gotas de ná... Una mierda, vamos!


Siempre he dicho que la lluvia no me gusta. Sí, todo el mundo dice que los días grises y lluviosos són super melancólicos, que si ver rebotar las gotas en el cristal de la ventana, que si acurrucarte con una manta al saber el frío que hace en la calle... Anda y dale peos a una lata! Que si tienes que ir a trabajar y te cae un chaparrón, la gracia que te hace a ti que llueva.
Atascos, frío, viento, charcos, ropa mojada, paraguas...

Por cierto, estoy a punto de crear una plataforma anti-paraguas. Vaya invento mas estúpido, a mi parecer. Será posible que acabo mas "mojao" cuando voy con paraguas que cuando voy sin? Vale, de acuerdo que cuando llueve, y no llevo paraguas, espero en un bar a que pase la tormenta. Pero ese es otro tema...

Pues eso, que últimamente no estoy muy "salao" en escribir. Paciencia, que algún día volveré a ser el de antes... pasado por agua, pero el de antes.
Y para mejorar la situación presente, algo me anime un poco esta "pena, penita, pena" que tengo con la puñetera lluvia.

Dale al play, mala leche y a saltar!


domingo, 18 de octubre de 2009

LOS HERMANOS PELÁEZ

Después de muchos años, lejano ya el tiempo de la escuela, un buen día llegué a la conclusión que la distribución de alumnos en los diferentes centros escolares de una misma ciudad no es una cosa aleatoria y producto del azar. Existe una organizado y misterioso sistema que consiste en conseguir que en cada aula existan todos y cada uno de los tipos posibles de alumnos que se puede encontrar dentro de una clase.

Hablamos de diferentes tipos de roles entre los niños y niñas de un curso: el Gamberro que se las carga sí o sí en cualquier situación de vandalismo escolar, la Niña Guapa que aprende que levantándose un poquito la faldilla puede conseguir el almuerzo que desea, el Líder que sabe que tiene la pandilla bajo su mandato, el Tontolculo que no se entera de nada, el Repetidor que va sobrado de todo y solo espera que acabe su triste condena escolar, el Deportista que lo mas le interesa es el recreo donde poder mostrar sus habilidades con las pelotas (las de fútbol, digo!)...


En mi clase, evidentemente, existían todos estos especímenes y hoy me centraré en uno de ellos: el empollón.

En mi caso, y por mala o buena suerte, teníamos esta figura por partida doble. Estoy hablando de los hermanos Peláez.

Gemelos, enclenques, blancos de piel, de mirada fría y penetrante, gafas de pasta, corrector bucal, pantalones de pinza, carpeta forrada con rostros de premios Nobel y filósofos desconocidos por la gran mayoría... Así eran este par de hermanos que eran la delicia del claustro de profesores y, siempre, modelo a tener en cuenta en cualquier momento del día a día escolar.


-Tomen ejemplo de los Peláez, muchachos. Si solo tuvieran una cuarta parte de su capacidad intelectual, no tendría la sensación de estar frente a una panda de borregos como ustedes.


Estas eran algunas de las palabras, a modo de ejemplo, que algún profesor nos regalaba comparando nuestra capacidad para el estudio con la de los gemelos Peláez.

Y realmente, aquellos dos eran (y perdón por la palabra que utilizaré) unas putas máquinas de estudiar. Era alucinante ver como devoraban libros uno tras otro, sabían mas la lección que los propios profesores, y en los exámenes sacaban notas de 12 y 13 cuando la nota mas alta posible era un 10.


Recuerdo cuando una vez nos obligaron, propuesta como no de uno delos Peláez, a escribir un poema sobre la algún elemento de la naturaleza. Sude la gota gorda estrujándome en cerebro para acabar escribiendo algo así como:


LA PRIMABERA

La primabera tiene cosas mú vonitas,

el sol, las flores y las mariquitas.

Como me gusta que salga el sol

y asinas ir a la picina con flotadol.



Pues bien, como nos quedamos todos, al ver llegar a los empollones de la clase con un par de tomos cada uno bajo el brazo con la “Antología poética del mundo natural de los hermanos Peláez”. 400 páginas de poesía chunga, chunga, de aquella llena de metáforas, sinónimo, hipérboles... hipotenusas y pleistocenos, que “cagate lorilo “ lo que había allí metido.

Y como no, los profes maravillados con el “excelente trabajo” de los malditos listillos de la clase. Tanto que, cada día, uno de los los hermanos nos leía a primera hora de la mañana uno de aquellos poemas. La mejor manera de comenzar el día, vamos!


Así que en e recreo, mientras ellos estaban en la biblioteca consultando nosequé sobre un tal Niche (entiéndase Nietzsche), decidimos hacer algo con aquellos dos tipejos. Y lo tuvimos claro desde el principio. Debíamos encontrar algo que desviara la atención de los estudios a aquel par de mozalbetes.

El Repetidor tuvo la gran idea: debíamos enseñarles la verdadero “sistema educativo”. Para ello fue necesaria la ayuda de la hermana mayor del Tontolculo de la clase. Mejor dicho de la hermana mayor del Tontolculo.

Si algo aprendí en aquellos días era que el mundo no sigue unos patrones fijos a la hora de repartir hermanas por el mundo. Como era posible que aquel “atontao” que no se enteraba nunca de nada tuviera una hermana tan buenorra como aquella y no nos hubiera dicho nada. Teniendo aquel monumento en casa, nos podría haber invitado cada tarde a merendar pan bimbo con nocilla. Lo que fuese por ver aquel trozo de mujer acabado de cumplir los 18 añitos.

Por suerte, la hermana tampoco tenía muchas luces y a cambio de media docena de revistas SUPERPOP donde aparecía David Hasselhof (el del coche fantástico de antes) en plan sexy, decidió echarnos una mano.

El plan era pedir a los hermanos Peláez que dieran la bienvenida a la nueva profesora de lengua extranjera. Lo básicamente importante del plan era que la hermana del Tontolculo no abriera la boca, si no se cagaba el plan, y la otra era poner la calefacción del centro a toda pastilla. Esta última parte era cosa de la Niña Guapa de la clase, que con una de sus subidas de faldillas pediría ese “pequeño” favor al conserje.


Hermana del Tontolculo de lleno en el papel de maestra.

Puesto en marcha el plan, solo faltaba esperar los resultados. No sé que pasó dentro de aquella clase, pero los hermanos Peláez no fueron los mismos desde aquel día. Algo cambió en ellos y dejaron de centrarse en los estudios. Pedían continuamente ir al lavabo y tardaban lo suyo en volver.

Solo una vez pareció que volvían a conectar con el mundo estudiantil. Cuando informaron que llegaría una nueva maestra de lengua extranjera. Pero no esperaban encontrar a una maestra viejuna, pellejona y raquítica, a punto de jubilarse.


Y es que los estudios...

viernes, 16 de octubre de 2009

MALUS KAGONTÓ Y EL EJÉRCITO OJCURO

Capítulo 2
Un, dos, tres... un pasito palante María
(1a. parte)
Estepa Maburro
Reinos Recordados

Con los primeros sonidos de la mañana (el ronquido de un anciano, los esputos de la cocinera, los gemidos de placer de un par de jovenzuelos y los incansables y escandalosos gritos de un vendedor de churros con chocolate) el trío de aventureros inició su trayecto hacia Puerto Checo-Checo.
Poco a poco, la capital de Reinos Recordados quedaba atrás, dando paso a una enorme e inacabable extensión de terreno conocida como la estepa Maburro.
De vegetación baja y con poco desnivel, aquel territorio podía llegar a ser demasiado monótono ya que por mucho que caminaras parecía que estuvieras siempre en el mismo lugar, como si no hubieras caminado si un solo centímetro. Maburro era conocida en todo el reino por sus misteriosas leyendas de personajes que habían perdido la cordura en aquella desmesurada monotonía, por no hablar de los peligros que escondía aquel insulso paisaje.
Tralin, Edenwinder y Prince tenían por delante una semana de camino, claro está si iban a buen ritmo. Pero en aquel lugar, las distancias y el paso del tiempo no seguían una lógica coherente.
Y aquella sensación fue apreciada por los miembros del grupo a las pocas horas de trayecto.
“Falta mucho?”, “cuanto queda?”, “ya llegamos?” y “tengo pipi!”, fueron las palabras que intercambiaron en aquellos primeros pasos de la aventura.
Hacía calor, cosa que no mejoraba la sensación de desamparo del grupo. Decidieron descansar unos minutos bajo la sombra de una arboleda cercana al camino. Los tres miraban alternativamente a la silueta de las murallas de Meme-oh-toa, aún cercana a su situación, y a la dirección donde supuestamente debía encontrarse Puerto Checo-Checo. Estiraban el cuello esperando ver algún asomo del destino a donde se dirigían.
Aquello era inútil, solo llevaban una mañana de camino y comenzaban a sentirse asqueados.


De repente, Prince tubo una idea. Con una enorme sonrisa se puso en pie, dio unos saltitos alocados, aplaudía animado y mostraba que había pensado algo fabuloso, cosa que animó sobremanera al resto del grupo. Cualquier buena idea sería bienvenida en aquel momento. Prince habló:

-Veo, veo!

Edenwinder y Tralin no entendían a qué se refería. Prince repitió sus palabras intentando convencer a sus compañeros:

-Veo, veo?!

Nada, no había reacción. Desesperado, y bastante irritado, continuó el solo el juego:

-Qué ves? Una cosita. Y que cosita es? Empieza por la...

El explorador y el bardo dejaron a Prince que pasara aquel rato distraído en aquel juego infantil. De repente, Tralin sintió un cosquilleo en una de sus piernas. Pensó que, posiblemente, se hubiera puesto en marcha el extraño objeto que le había regalado Fisher Prais. La agradable sensación de placer orgásmico comenzaba en su pierna derecha, pero a los segundos sintió la misma sensación en su espalda, y mas tarde en su trasero, y después... Algo no cuadraba! Aquello no era una vibración, sino que algo se estaba refregando en las diferentes partes de su cuerpo. Cuando intentó descubrir lo que se estaba frotando lascivamente en sus ropajes, sintió un pinchazo muy parecido a un mordisco. El bardo dio un salto y se puso en pie.
Era producto de su imaginación o realmente no estaban solos en aquel lugar?

-Aaaahh!

Era el grito desolador de Tralin, en medio de aquel lugar desértico y solitario. El bardo agarró lo primero que tenia en la mano, el Vibratorculo 200, y lo agitó rápidamente, golpeándose en las zonas donde sentía aquel cosquilleo o pinchazo.
Prince al ver a Tralin en aquel estado de shock incomprensible, inició una carrera con arma desenfundada, embistiendo a su compañero mientras gritaba:

-Criatura del Mal! Te extirparé del cuerpo de mi noble compañero!

Para Prince aquello era un claro caso de brujería y eso se acabaría con el filo de su espada atravesando el pecho de Tralin, liberando su alma de las garras de algún insignificante e inexistente demonio.
Mientras, Edenwinder, tenía otra idea a lo que a Tralin le sucedía. Él pensaba que la nómada vida del bardo, le había posibilitado el conocer a mas de una mujer. Y no estaba pensando en mujeres de buena reputación, que digamos. Para el elfo, aquello que incordiaba a su socio eran ladillas! Y la mejor manera de acabar con ellas, según le habían dicho, era dándoles un buen golpe hasta aplastarlas del todo.

El pobre bardo estaba en una comprometida situación: en una mano un peligroso y enorme juguete sexual, uno de sus compañeros estaba a punto de ensartarlo como si de una aceituna se tratara pensando que Tralin estaba poseído por algún ente demoníaco, y su otro compañero se disponía a “regalarle” un soberano puntapié en todas las partes nobles del bardo. La escena no podía presentarse peor a Tralin Tralan. En décimas de segundos se imagino como podría llegar a acabar aquella situación y si ponía condura y freno a sus Prince y Edenwinder.

-Tate quietoooorrrrlll!- gritó el bardo tan alto como pudo, a lo que sus compañeros obedecieron de inmediato.
Tralin se maravilló al ver que sus compañeros frenaron en seco. Seria posible que fuera poseedor de una gran capacidad de liderazgo sobre sus compañeros? Era la seguridad de sus palabras la que provocó aquel cambió de conducta? O era la fuerza de su grito la que había congelado las acciones de Prince y Edenwinder?

Ni lo primero, ni lo segundo, ni lo tercero. Tralin siguió la mirada de sus camaradas para descubrir que él no había sido el responsable de aquel paro inmediato de acciones. Lo que observó era que, en el lugar donde segundos antes había estado sentado, aparecieron unos lindos conejitos. Primero uno, después otro, y otro y otro y...


-Qué bonitos!- se le escapó a Edenwinder.

El bardo entendió en aquel momento las dulces caricias en la entrepierna y el trasero. Pero... el mordisco? Aquella pregunta obligó al bardo a descubrir lo que sus compañeros ya había descubierto. Aquellos conejos no eran normales! Sus ojos mostraban un rojo escarlata, sus afilados dientes comunicaban sed de sangre fresca, sus intenciones no eran las de conseguir una cariñoso achuchón... Eran conejos salvajes y estaban dispuestos a atacar al grupo!

Una vez mas la comitiva secreta debería demostrar sus potencial en el campo de batalla, nada mas y nada menos que con... con... con unos conejitos! Pero vaya conejitos!

lunes, 12 de octubre de 2009

EL POR QUÉ DE TODAS LAS COSAS

Queridas y queridos seguidores (si es que hay alguno) de este blog,


Últimamente me perdonaran la bajada en el ritmo de entradas que hago en el blog. Normalmente intento escribir un par o tres de veces a la semana, pero estas últimas semanas me ha sido imposible. Y ahora les explicaré el porqué.


Ya hace cierto tiempo que una gran nube gris repleta de interrogantes flota en mi mente. Interrogantes que me hacen dudar de todo lo que, hasta hoy, conocía. Miles de dudas afloran en mi día a día, consiguiendo que comience a sospechar de cada momento, de cada palabra, de cada experiencia que como seres humanos vivimos durante nuestra existencia.

Sin motivo aparente, situaciones a las que estaba habituado y eran rutinas interiorizadas en mi vida, llegan a ser motivo de análisis. Me invaden preguntas de si “aquello que estoy a punto de hacer es lo correcto o no”, del “por qué lo hago”, del “qué consigo con ello”, del “por qué siento aquello o lo otro al hacerlo”... Preguntas que, a menudo, no tienen fácil respuesta.

Después de sentir que mi vida se enfrentaba a un completo y delicado examen, decidí tomar cartas en el asunto. Me propuse iniciar un estudio científico, altamente riguroso, de análisis de diferentes situaciones que, ustedes y un servidor, podríamos considerar “normales” pero que esconden una explicación hasta hoy desconocida.


Cual Profesor Cousteau sumergido en las oscuras fauces de los océanos buscando nuevas y desconocidas formas de vida acuática, yo me inicio en el peligroso e inquietante mundo de la investigación con el único objetivo de dar respuesta a preguntas sin respuesta.


Entre estas preguntas podríamos encontrar las siguientes:

-Por qué muchos de nosotros aprovechamos la necesidad fisiológica de ir al lavabo para leer una revista o un libro?

-Por qué la gente que va en coche espera pararse en el semáforo rojo para sacarse los mocos?

-Por qué nos da manía cuando se nos engancha la cortina de plástico de la ducha en el culo mientras nos duchamos?

-Por qué ponen esa horrorosa música en la sala de espera de los dentistas?

-Por qué los “speakers” de las tómbolas de feria hablan todos con la misma “musiquilla”?

-Por qué las peluquerías están repletas de revistas del corazón?


Sí, queridos amigos, soy consciente que el trabajo será duro y que, muy posiblemente, mi cuerpo padecerá las terribles consecuencias de este estudio científico. Las secuelas y mutaciones que experimentaré son parte del estudio. Pero estoy convencido que lo hago por el bien de la humanidad. Ninguna pregunta sin respuesta.


No hace falta comentar que si existiera alguna otra pregunta o interrogante que les tuviera especialmente en vilo, solo deben comentármelo y la añadiré a la lista de temas a investigar.


Para comenzar me gustaría ofrecerles el resultado de una de las investigaciones del gran maestro Eugenio, ferviente seguidor del método científico como yo. El estudio hace referencia al por qué los buceadores se tiran del barco de espaldas al mar. Les dejo con sus sabias palabras.




jueves, 8 de octubre de 2009

martes, 6 de octubre de 2009

MERCHANDAISING

Querido diario,


Los días pasan y cada vez soy mas conocido en la ciudad. Mis apariciones como superhéroe cada vez son mas habituales y la gente comienza a vitorear al Capitán Chistorra cuando me enfrento a algún malhechor.

Aún así, creo que son pocos los que saben de mi misión como justiciero, y debo hacer algo al respecto. Después de mucho pensar he pensado en iniciar una campaña de “merchandaising” para realzar mi posición social dentro de Torontontero.


Una de las posibilidades era la de repartir entre los niños unos tatuajes, “tatus” como dicen ahora, con mi rostro o mi símbolo. De aquellos que tienes que poner un pegote de saliva para poderlos enganchar. Había pensado en ponerlos dentro de las bolsas de patatas, a modo de regalo, pero he desestimado esta opción por una sencilla razón: primero debería comprar cajas y cajas de bolsas de patatas, abrirlas, poner el tatuaje dentro y volver a cerrar las bolsas. Y no es por el trabajo que conlleva, no, si no porque ya sabes que todo lo que es patatas, doritos, ganchitos, fritos... me pierden! Estoy convencido que me comería toda la mercancía y los tatuajes no llegarían a su destino.


Otra opción, la cual me convence mas, es la de utilizar un lenguaje mas actual, que llegue a público joven. Y la respuesta es el rap!

No es un estilo que domine, pero no creo que sea muy difícil hablar rápido, mientras suena una música repetitiva de fondo (siempre he pensado que esa música se parece mucho al ruido que hace una fotocopiadora) y vasadiciendo de vez en cuando palabras “raperas” como: “eh, tío”, “colega” y “molaungüebo”.

Por qué todos los raperos ponen cara de mala leche?

He estado practicando y el resultado es este:


Si tienes un problema,

si tan “quitao” la nena,

si piensas que das pena,

el Capi arregla el tema.


Le llaman Capitán

y siempre tiene un plan.

Con él en la ciudad

el mal acabará.


El Capitán Chistorra

mas duro que una porra.

Cuando le ves venir

te pones a reír.


La gente está segura

la paz será futura.

Al malo él arrolla

con su enorme …


Vale, vale, vale... reconozco que debo mejorar la rima. Solo es cuestión de un poco de practica y lo tendré dominado.


Mientras mejoro esta parte de mi plan publicitario, he conseguido otro preciado contacto. Mi intención era poder establecer una manera de darme a conocer a gran escala, al gran público... pero como? Y la solución, querido amigo, vino a mi como las gofres de chocolate que me como cada día.

Un tarde que estaba tendiendo mi ropa en la terraza comunitaria, cuando apareció el hijo de Paquita, un chaval de unos 14 años enganchado (por lo que he podido escuchar gracias a mi súper-audición) a uno de esos juegos informáticos de internet donde te haces pasar por un personaje de fantasía con orejas largas, con combates de espada y magia de película.


-Perdona, eres Juanito, verdad?

-Me llamo Warlock.

-Estoooo... como?

-Que me llamo Warlock, joder!

-Pero tu no te llamas Juanito?

-Soy Warlock, un orco de nivel 20 de la tribu de los “Violadores de gallinas caponatas”

-Si, sí... Warlock... Oye, tu me podrías ayudar?

-Que quieres que haga: matar a un humano con mi hacha de doble filo, colgar por las orejas en lo alto de un campanario a un asqueroso elfo o despedazarte a trocitos un miserable enano?

-Bueno, no es bien bien eso lo que te quería pedir... Tu sabes de informática, verdad?

-Tira un dado de 20 por “reunir información”.

-Como?

-Que sí, joder, que sí que entiendo de máquinas!

-Vale, vale... tranquilo... te quería pedir un favor...


Este es Juanito

Tras un par de horas de diálogo que no llegué a entender en su totalidad, unas cuantas tiradas de dados para conseguir “no se qué” y la promesa de comprar unos cuantos módulos de “dunchon an tagons” (o algo así) y otras tantas “figuritas”, convencí a Juanito (perdón Warlock!) a ayudarme.

La cosa era sencilla: le pedí que quería que todo el mundo conociera mi cara, que les sonara mi rostro, que supieran quien era... Y lo consiguió el muy cabr... el muy orco, eso quería decir, el muy orco!

Pantalla enorme de unos grandes almacenes con mi careto,
gentileza de Juanito.