domingo, 31 de mayo de 2009

LA HORA DEL CUENTO

UN DRAGÓN DIFERENTE

Hola queridos niños y niñas, bienvenidos una tarde mas a la “Hora del cuento”.

Hoy os explicaré una fantástica historia de malvados dragones, hermosas princesas y valientes caballeros.
Recordad que debéis estar bien calladitos, de lo contrario os tendré que coser los labios con hilo de pescar. Estáis preparados?



Pues cuenta este cuento, que hace muchos, muchos, muchos años atrás cuando las ranas tenían dientes en la boca y las abuelas daban tortazos a los niños sin temor a que les denunciaran, existía un apacible pueblecito a pies de una hermosa montaña.
Las gentes de aquel lugar vivían tranquilas y felices bajo la protección de su tan querido rey.
Su majestad era respetado por todos los habitantes del pueblecito por su bondad y honradez: dejaba que cada trabajador cogiera una sola patata para alimentar a toda una familia de 8 miembros para, mas tarde, quedarse él con toda la cosecha, cortaba solo una vez a la semana la cabeza de alguno de los habitantes del pueblo simplemente por diversión y, de vez en cuando (cada 2 o 3 veces por semana), pedía “prestada” la hija de alguno de sus súbditos para realizar una serie de ”ejercicios nocturnos” necesarios para relajar a estresante vida del monarca. Por todo eso, y mucho mas, era un rey estimado y respetado.

En uno de aquellos días, apareció en la sala del trono un asustado campesino que, entre gritos y jadeos, mencionaba terriblemente atemorizado la aparición en la comarca de una terrible bestia.

-Un... un... mons...truo... majestá... est...amos... perd...di...dos! Es... el... fin!

Por mala suerte para el campesino, había escogido el peor momento para molestar al monarca. El rey estaba observando con atenta curiosidad cuantos trozos de cristales podía comerse el último bufón que había llegado a la corte tras explicar un chiste desafortunado sobre un humano, un elfo y un enano, que a su majestad no le hizo ni pizca de gracia. Aquella interrupción no le agradó lo mas mínimo.

-Que le corten la cabeza! -gritó irritado el rey, dando así rienda suelta al gusanillo sangriento de su verdugo predilecto, un enano con muy malas pulgas y un hacha el doble de grande que su tamaño.
La cabeza del campesino salió volando por los aires dejando a su paso un reguero de sangre en toda la alfombra real, cayendo justamente a los pies del monarca. Este al ver el rostro del su súbdito, se acercó a la cabeza cercenada y le dijo:

-Y ahora que estamos mas tranquilos, puedes repetir lo que decías sobre ese monstruo?

Evidentemente el campesino no dijo nada: estaba muerto! Mejor dicho, su cuerpo estaba en manos del verdugo que aprovecharía aquella jugosa carne para hacer croquetas y venderlas en el mercado negro a muy buen precio.
Al no obtener respuesta del campesino, el rey aún se enfado mas:

-Que le corten la lengua a este insolente!

Como podéis ver, queridos niños y niñas, aquel rey perdía con rapidez los papeles y se dejaba llevar por los nervios con mucha facilidad.
Mas tarde descubriría que lo que quería explicar el malaventurado campesino era que había llegado a aquellas tierras un terrorífico dragón que atemorizaba a todos los habitantes del territorio.

Para que os hagáis una idea de como era aquella monstruosa criatura os podría decir que era grande como... ehmmm... grande como... haber... como os lo diría yo...mas o menos de... de 1 metro cincuenta. Sus ojos eran rojos como como el fuego y su mirada era... bueno... que puedo decir de su mirada?... os sirve de algo si os digo que era bizco! Pues eso, era bizco! Sus fauces terriblemente... vacías! Si al pobre dragón se le habían caído casi todos los colmillos de no cepillárselos correctamente.
Vaya que era un pobre dragón de mierda! Daba pena solo de verlo! Pero el simple hecho de ser dragón hacia que todo el mundo estuviera acojo... errr... asustado.

Nuestro dragón era todo lo contrario a este.

La cuestión era que la penosa criatura, únicamente buscaba una pequeña cueva donde vivir tranquila, descansar, echarse una buena siesta y refregarse de vez en cuando la entrepierna para darse gusto a él mismo sin temor a que nadie le gritara que era un degenerado y que si continuaba así se quedaría ciego.

Pues bien, el amable y gentil rey, para tranquilizar la ira de aquel espantoso dragón que nunca había visto, decidió enviar cada día a la cueva donde se encontraba el legendario monstruo una vaca, una oveja, un cerdo y una gallina. De esta manera, creía el monarca, frenaría el voraz apetito del dragón.

Sin saber ni como ni porqué nuestro dragón comenzó a recibir por sorpresa, jornada tras jornada, el fabuloso manjar que le plantaban delante mismo de la cueva un par de soldados que, vaya tu que descuidados!, siempre llevaban los calzones sucios hasta los talones de un masa semi-líquida de color marrón y de un olor bastante desagradable.

El monstruo, que era dragón pero no gilipollas, no pensó en preguntar en ningún momento el porqué de aquél regalo de bienvenida. Simplemente, se relamía los morros y se zampaba, uno tras otro, los animales. Trabajo tuvo por el hecho de tener una dentadura poco poblada, pero con paciencia y trocito a trocito, todo acabó en su abultada y celulítica barriga.

Los días pasaron y cada vez la escasez de animales era mas preocupante. De las vacas, ovejas, cerdos y gallinas pasaron a los caballos, conejos, perros y gatos, y mas tarde a los loros, los hámsters, las tortugas y las suegras. Con estas últimas, el dragón tubo algún que otro problemilla de digestión. Finalmente, decidió utilizarlas como papel higiénico tras las “faenas” que tal banquete le estaban provocando.

Una vez no quedó ni un solo animal en la comarca, el rey decidió realizar un sorteo diario para escoger una muchacha de la comarca que tendría la obligación de ser la ofrenda de sacrificio ante el terrible dragón.
He de decir, queridos amiguitos y amiguitas, que el rey solo puso en la urna de sorteo los papeles donde aparecían los nombre de las muchachas mas feas, desagradables, aburridas, peludas, obesas, cejijuntas, toca-pelotas, inteligentes... de la provincia. De aquella manera, esperaba poder continuar con su afición nocturna a explicar historias sobre sus rodillas a aquellas muchachas mas agraciadas físicamente.

Aquel cambio desagradó enormemente al dragón. Que diablos haría él con tanta gente en su tranquila cueva! Secretamente, el dragón pactó con las muchachas que escaparan de aquellas tierras buscando mejor fortuna lejos del aquel malnacido monarca. Evidentemente, las chicas no dudaban en salir tan rápido como podían de la cueva de aquella criatura.

Pero el problema de aquellas gentes no se acabó con el sorteo de las muchachas. Sin saber que hacer, se manifestaron frente a palacio pidiendo una solución a su rey.
Después de observar como el portavoz de los habitantes del pueblo acababa con los pelos de los testículos arrancados uno a uno con unas pinzas, la lengua lamiéndose el “ojete” del trasero y las piernas rotas por veinte diferentes diferentes, llegaron a la conclusión que la solución que demandaban podría no ser posible.

Pero un punto de esperanza nació en el corazón de los habitantes de aquel pueblo al conocer de la llegada a palacio de un valiente caballero decidido a acabar de una vez por todas con la vida de aquel maldito dragón.
La imagen del caballero mata-dragones era impactante: ondulada cabellera rubia, ojos azules, pómulos sonrosados, armadura brillante, musculoso corcel blanco, larga lanza puntiaguda...

-Majestad, me presento ante vos para rendiros pleitesía. Me arrodillo ante vuestra persona como símbolo de obediencia y...

-Sí, sí, sí... ya te pillo, ya! Ahorrate todo ese rollo de “soy vuestro humilde servidor” y tráeme las pelotas de eso maldito dragón en una bandeja!

El caballero, sin demora alguna, se dirigió hacia el lugar donde se escondía el temible dragón. Se adentró en la oscura cueva aferrando su lanza con decisión. Muchas otras veces había realizado tan peligrosa tarea y estaba acostumbrado en lidiar con tal viles criaturas del demonio.
La galería subterránea era húmeda y de difícil acceso. El peso y la maniobrabilidad de la armadura le impedía avanzar con soltura. Así pues, decidió despojarse de todas las piezas de su protección, confiado en que su valentía y férrea voluntad le eran la mejor armadura que podía esperar.
A pecho descubierto, y con solo un pequeño taparrabos, el caballero avanzaba paso a paso hacia el lugar donde se encontraba su objetivo. Tras unos minutos de camino resbaladizo, llegó a una gran sala subterránea donde se podían observar los restos de los animales que el dragón se había zampado.

-Criatura del demonio, sal de tu escondite y lucha con un caballero dispuesto a dar su vida por una causa justa!

Silencio.
Tras unos largos minutos donde solo se escuchaba el sonido incesante de una gota que caía y caía sin parar, el caballero pudo escuchar una melodía cantada en un volumen casi inaudible.

-UNO: te la meto como ninguno, DOS: por la garganta hasta que te entre tos, TRES: te la meto del revés, CUATRO: por el culo mi aparato...

Pero que eran aquellas palabras tan soeces que estaba escuchando, por dios santo!

-Maldita criatura desvergonzada! Aparece ante mi y prueba mi lanza!

De repente algo pequeño salió de la oscuridad. Se movió lentamente hacia el caballero. Qué demonios era aquello? La oscuridad le impedía distinguir con claridad lo que era. Se inclinó un poco hacia delante para observar que lo que había salido tras aquellas rocas. Era... era un... escarabajo?!

Lo que no llegó a ver el valiente caballero fué la llegada por detrás del enfadado dragón que, aprovechando el despiste del guerrero con aquel insignificante insecto, se acercó para darle un “enorme regalo de bienvenida”.
Lo que sintió el caballero a continuación... mejor no describirlo! Solo recordar las palabras que acompañaron a aquel terrible dolor que nació de su retaguardia y llegaba hasta su garganta:

-CINCO: por el culo te la hinco!!

Creo que el dragón no se refería a este culo.

Y es que ya se sabe, niños y niñas, aunque os encontréis con un dragón de poco tamaño, bizco y con pocos dientes, y creáis que no os puede hacer mucho mal, podéis estar muy equivocados. Los dragones gays tiene muy, pero que muy mala leche!

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

viernes, 29 de mayo de 2009

POR FIN ES VIERNES!

Después de una dura semana de trabajo... por fin es viernes!


Por delante se presenta un fin de semana largo, 3 días de fiesta ya que el lunes no trabajo.

El planning de actividades esta casi al completo: partidillo de baloncesto, escribir un poco, comida en casa de la suegra (aunque sea suegra cocina que te cagas!), siesta, ver alguna peli, jugar con mi “bichu” y mi “piltrafilla”, posible cena de tapas en una terraza tomando la fresca nocturna y hablando con mi “more”, piscina, comida con unos buenos amigos, algún paseo en bici (haber si le paso la manguera que esta un poco guarrilla la pobre), jugar aún mas con mi “bichu” y mi “piltrafilla”... Un montón de cosas que no sé si llegaré a hacer, pero la intención es lo que cuenta.

Solo lo puede amargar el tener un poco de trabajo pendiente que debo hacer cuanto antes mejor, pero todo se hará. Ante todo mucha calma!


Y que mejor manera para comenzar con algo de música.



domingo, 24 de mayo de 2009

MALUS KAGONTÓ Y EL EJÉRCITO OJCURO

Dime con quién vas
y te diré qué tienes que hacer
(2a parte)

Meme-Oh-Toha
Capital de Reinos Recordados

Una vez llegaron a la habitación, Rumik comenzó a hablar hacia el mas oscuro de los rincones de la sala con voz solemne y respetuosa. En una de las butacas, escondido entre las sombras, parecía haber una figura misteriosa que observaba al grupo de recién llegados.

-Mi señor, el grupo que esperaba ya ha llegado. - fue cuando miró uno a uno los componentes de tan singular equipo – y han mencionado la contraseña secreta: “Quien se ha cagao, que güele a bakalao, tu por tu, has sido tu”.

Los miembros del grupo se miraron intrigados los unos a los otros. Cada uno había recibido un mensaje donde se pedía la asistencia a una cita en “La Muñeca Chochona”, aquella misma noche, donde debían decir una contraseña secreta a Rumik Aquinosefia, las palabras que el enano acababa de nombrar.
Ahora comenzaban a entender alguna cosa. Aquel encuentro estaba preparado por la persona que firmaba el mensaje: Armando Jaleo of Balls, paladín y monarca de Reinos Recordados.

Un inesperado sonido rompió las reflexiones de Tralín, Prince, Edenwinder y Smith. Una canción que entonaba una letra que decía algo así como “suavementeeeee besameeee, que quiero sentí tus labios rosssandome otra vesssss”, hizo que la misteriosa figura reaccionara velozmente. Rebuscando en uno de sus bolsillos, apareció una bola de cristal a la que, situándosela en la oreja, el desconocido le hablaba como si se tratara de una persona.

-Hooooola... si, si....estoy aquí, reunido, si...si, si... ahá... de acuerdo... si pero... vaaaale... no, no, no... ahá... cuenta que... eeeeso... si, si, si... peroooo... no, no, no... ahora no puedo... vaaaale... esta noche... siiii... yo tambien... no, yo mas... siiii... te dejo... veeeenga.

Tras aquel misterioso diálogo con la bola de cristal, el desconocido la introdujo de nuevo en su bolsillo y se alzó de la butaca. Tras unos pasos en dirección al grupo, la luz de las velas iluminó su rostro y el asombro se plasmó en los rostros de los miembros del equipo: era el máximo dignatario del reino, don Armando Jaleo of Balls, en persona.


-Sed bienvenidos y gracias por la asistencia a mi desesperada llamada. El tiempo apremia, así que iré al grano:
Hace ya mas de 500 años del final de la mas cruel de las guerras de Reinos Recordados, donde se enfrentaron todas las razas de estas tierras: humanos, elfos, enanos, orcos, drag-queens... La Guerra del Bak-ah-lao originó unas hondas heridas difíciles de curar y olvidar, pero con la ayuda del poder arcano de una espada, se consiguió la paz que todos ansiaban.
Fueron los 5 sabios los que crearon a Escubidur, una mágica espada capaz de retornar la calma a estas tierras. Tras restablecer la armonía y el acuerdo entre las razas, la espada fue ensartada por medio de la magia en una roca sagrada por nombre Gibra-altar, impidiendo que nadie pudiera extraerla de allí.
Pero oscuros vientos soplan en Reinos Recordados.
Un malvado general está decidido a apoderarse de Escubidur y proclamarse amo y señor de toda criatura viviente de estas tierras. Malus Kagontó se servirá de cualquier método, por sangriento y vil que pueda parecer, para conseguir dicha arma de poder ilimitado. Vuestra misión es bien simple: impedir que eso suceda.
En vuestras manos está el futuro de las gentes de Reinos Recordados.

Armando Jaleo of Balls miraba a todos y cada uno de los miembros del grupo. Deseaba haber sido capaz expresar la importancia de aquella misión. Ahora solo faltaba esperar la respuesta de aquellos “futuros héroes” que las crónicas de Reinos Recordados recordarían por siempre jamas. Pero un silencio se aposentó en la oscura habitación. Todos los miembros del grupo de aventureros aún estaban asombrados del hecho de encontrarse frente al “gran” paladín de Meme-Oh-Toha. No sabían como reaccionar!

Armando Jaleo of Balls entendió aquel largo silencio como una respuesta afirmativa. De todos modos, el monarca dudó seriamente sobre si aquellos cuatro “elegidos” eran los mas adecuados para realizar tan importante tarea. Pero era la última posibilidad que tenía, ya que lo esencial era que fueran capaces de pasar desapercibidos y que nadie sospechara de su secreta misión.
Y con aquel grupo de individuos, seguro que nadie pensaría que el futuro del reino estaba en manos de un mago miedoso, un paladín bailarín, un bardo dormilón y un explorador con problemas de dicción.

-Estooooo... continuemos! Deberéis viajar por las extensas y misteriosas tierras de Reinos Recordados. En ellas encontrareis mil y una dificultades y peligros a las que debéis estar adecuadamente preparados. Por este motivo, debéis dirigiros a la Calle de los gremios y buscar el local del señor Fisher Prais. Él os ayudará a equiparos con armas y provisiones para el viaje, así como os informará de mas detalles sobre vuestro siguiente destino. Solo queda deciros que tengáis mucha suerte, por lo que veo la necesitareis, y que las gentes de Reinos Recordados os estará eternamente agradecida. Por si eso no fuera suficiente, una gran recompensa os espera en mi castillo. Que la fuerza os acompañe!

Dicho esto, los cuatro “elegidos” junto con Rumick, dejaron al monarca en la habitación pensando si aquellas últimas palabras correspondían a aquel discurso o a otro que debía pronunciar la semana siguiente frente a unos engreídos y chulescos señores que se entestaban en nombrarse Jedis.

El grupo, encabezado por el enano, se disponían a volver a la gran sala para dirigirse a la Calle de los gremios, tal como les había informado Armando Jaleo Of Balls. Pero algo llamó la atención de la secreta comitiva. Si al subir al primer piso la sala era una explosión de ruido, gritos y sonidos de elevado volumen, ahora la sala parecía estar en absoluto silencio.

Rumick Aquínosefía se detuvo en seco en los primeros escalones de bajada a la sala principal de “La Muñeca Chochona”, y pensando en voz alta dijo:

-No, otra vez no! Ya es la tercera vez en lo que llevamos de semana!

Y velozmente bajó lo que quedaba de escalera, seguido de Tralin Tralan, Edenwinder, Smith y Prince.
La imagen era del todo extraña, ya que nunca se había visto una taberna donde reinara un silencio sepulcral, todos los clientes estuvieran en sus sillas, nadie decía nada ni tan siquiera se atrevían a moverse... Podría decirse que “La Muñeca Chochona” era mas silenciosa que una antigua biblioteca de monasterio.
Pero que había ocurrido para semejante freno a la fiesta que minutos antes se había iniciado con la barra libre propuesta por el propietario?

Los ojos de los cuatro “elegidos” encontraron el motivo de tal situación siguiendo los pasos de Rumick. En medio de la sala podían observar a un individuo que no dejaba de farfullar, insultar y vomitar palabras soeces de mal gusto y con muy mal genio.


El muy maleducado Hombre-mosca


El enano intentó pacificar la ira de aquel personaje, pero de un solo golpe el recién llegado mandó al amo del local varios metros mas allá. Incluso los guarda-espaldas de Rumick no tuvieron el valor de frenar la agresión que su jefe había recibido.

-Ei vosotros, panda de pardillos! - dijo dirigiéndose al bardo, al explorador, al paladín y al mago -Hoy me he levantado con muy mala leche, vengo aquí a desfogarme un poquito y qué me encuentro? A cuatro pringaos con cara de tener escozores en la punta el nabo y con ganas que venga un servidor y les reviente los morros de un guantazo!!

Un UUUUYYYY!! susurrado se escuchó en todo la taberna mientras el hombre con malas pulgas continuaba su discurso hacia el grupo.

-Y qué miráis con esa cara, pajilleros de poca monta? Mi cara? Tenéis güevos de mirarme a los ojos?! Mira que hoy estoy de mala hostia, que cuando yo estoy enfadao, que cuando estoy mosca...

Tralin Tralan, Edenwinder, Smith y Prince se miraron sorprendidos por la situación que estaban viviendo. Aquel hombre parecía que quisiera iniciar una trifulca con ellos sin tener motivo aparente.

-Mecagontoloquesemenea! Ahora mismo os voy a dar de leches que ni pa qué!

El hombre se dirigió hacia ellos con clara intención de golpear al primero que tuviera por delante. Era aquel uno de los muchos peligros que había nombrado Armando Jaleo of Balls? O simplemente aquel personaje era el típico “chulo piscinas” a quien todos desearían cerrar la boca pero nadie se atreve a dar el primer paso?
El grupo se encontraba en una difícil situación, y la aventura solo acababa de comenzar.

miércoles, 20 de mayo de 2009

INJUSTICIAS CINEMATOGRAFICAS

Quien duda que Chuck Norris no sea un buen actor? El problema es que en "jólibu" es demasiado fácil que te encasillen en un tipo de papel o en un estilo de película.

Este hombre sería capaz, si se lo hubieran propuesto, de protagonizar grandes films. O es que no os podeis imaginar a Chuck como protagonista de "Taxi driver", "Paseando a Miss Daisy" o "La vida secreta de las palabras"?

martes, 19 de mayo de 2009

EL ATRACO

Querido diario,

Hoy quiero contarte lo que sucedió el día en que descubrí que había cambiado, el día que se manifestó el primero de mis poderes.

Tras un penoso y duro día buscando un nuevo trabajo para pagar el alquiler de mi fastuoso y desorbitante loft, y con los ánimos por los suelos por solo haber conseguido una entrevista para un trabajo a horas limpiando los retretes de una escuela de niños mimados, decidí buscar algún local donde poder cenar alguna cosa ligera.
Finalmente encontré lo que buscaba!
Entre en el McDonals sin estar del todo convencido del menú que iba a escoger. Los cambios anatómicos que había provocado en mi la chistorra ya habían sido suficientes. Debía ser muy estricto con la comida si quería volver a ser el de antes.

-El siguiente!
- chilló una chica con una voz altamente aguda tras un micrófono que parecía estar enganchado a sus labios – El siguienteeeee!!


-Yo, yo, yo... estooo... un menú
.- dije avergonzado. Era la primera vez que entraba en un local como aquel y no sabia cual era el protocolo de actuación frente a la demanda que la chica, con la cara llena de granos provocados por las alocadas hormonas juveniles, me estaba haciendo.


-Big Mac, Big N Tasty, Big N Tasty Cheese , Quarter Pounder Cheese, Double Quarter Pounder Cheese, Crispy Chicken , Chicken McGrill , Filet-O-Fish , Double Cheeseburger...


Aquella muchacha era una ametralladora de palabras inagotable. Sin dejarme tiempo a pensar, escuché de su boca un “Ya sabe qué quiere?” inquisidor que me hizo temblar las rodillas.

-Eeeehhh... el... el primero!
-Bebida?

-Como?
- aún me estaba recuperando.

-Que qué quiere beber?

-Un Seven Up.
-Un qué?
- dijo extrañada la muchacha.

-Un Seven Up.
-Y eso se bebe? Pues no lo tenemos!
-Una Cocacola light?

-Light?
- repitió ella escondiendo una sonrisa burlona, la muy... - Pequeña, mediana o... o grande?

-Pe-que-ña! - dije con un “ligero” enfado.
-Patatas?
-Qué?
-Que si quiere patatas?

-Ah, también hay patatas?
-Sí, también hay patatas!
-Aaaahh... pues sí!

-Pequeña, mediana o grande?
-Ya le he dicho antes que pequeña. - no entendí porqué me volvía a repetir la pregunta.
-Eso era la bebida?
-Y ahora?
-Ahora le pregunto si quiere las patatas pequeñas, medianas o grandes?
-Ah, pero las cortan a diferentes medidas? Muy curioso!
-Noooo! Me refiero a la cantidad que quiere: pequeñas-cajita pequeña, medianas-cajita mediana, grande-cajita grande. Me entiende?

Me comenzó a dar la sensación que aquella jovencita, seguidora hasta la muerte de Britney Spears, comenzaba a tratarme como a un niño pequeño. Y eso no lo podía soportar.

-Cajita pequeña! - dije apretando los dientes y mostrando un rostro enrojecido por el enfado que comenzaba a nacer en mi interior. Por fortuna para mí, y para la chica, apareció a los pocos segundos una bandeja con todo lo que había pedido.

Un poco mas relajado, cogí lo que sería mi cena y me dirigí hacia una de las mesas.
En ese preciso momento, entró en el local un hombre encapuchado con una media en la cabeza y parecía que necesitaba urgentemente tomarse algún tipo de droga por el nerviosismo que manifestaba. Había oído que aquellos síntomas recibían el nombre de “estar con el mono”. A mi me pareció que aquel tipo había invitado a tomar el té a todo le reparto de “El planeta de los simios”.
Solo una vez había visto algo parecido. Fue después de uno de mis primeros desfiles. Fuimos a casa de Javilín, un compañero de pasarela, a celebrar el existo merendando triangulitos de pan Bimbo con Nocilla. La llegar a su casa encontramos a su abuela encima de la mesa del comedor realizando un striptis, convencida por completo que era Demi Moore.

Por si alguien no recuerda las "fabulosas"
dotes interpretativas de Demi Moore


Pero volvamos con el “colgao”. Como te decía estaba muy, pero que muy apurado.
La bandeja se me cayó al suelo al ver que sostenía en su temblorosa mano una pistola. El ruido que provoqué alteró aún mas al ladrón que comenzó a gritar:


-Quieto parao tol mundo! Eshto é un atraco!

La clientela del local se alzó en un histerismo instintivo que se vio frenado de inmediato por un par de tiros al aire del encapuchado.

-Tarshe callao, coñio! Y tol mundo al shuelo! - a lo que todos los enmudecidos que estábamos allí obedecimos sin ningún tipo de reparo.- Tú, el shegurata! No te hagas el longui y tiramé la pipa pakí.

“Seguridad”? Estábamos salvados! Si existía personal de seguridad seguro que sabría reaccionar frente aquella tensa situación de peligro. Pero nuestras esperanzas se desvanecieron al conocer el “personal de seguridad” que contrataba aquella franquicia de comida rápida.
Un viejo, al que seguro le faltaban segundos para llegar a la jubilación, se levantó torpemente del suelo, cogió su pistola sospechosamente de plástico y la lanzó hacia el yonqui-ladrón. Tanta fue su mal puntería, que la pistola cayó en dirección contraria a asaltador y a un par de metros de mi situación.

-Oye, tu, mashtodonte! Levántate y me acercash la pishtolita, eh, gordinflash!

Maldije al yonqui, al segurata, a mis kilos que no pasaban para nada desapercibidos, al maldito McDonals y su puñeteros menús, al … Me levanté, dí un par de pasos con las manos a la vista, lentamente... No quería asustar al ladrón y provocar un accidente. Me agaché para coger la pistola de espaldas al yonqui y... sucedió!
No sé si por la tensión acumulada, los nervios o lo que fuera, noté que nacía en mi una fuerza descomunal, un poder incontrolable, una energía arrolladora... que nacía en mi interior y pedía a gritos salir por... el culo!
De mi trasero, una flatulencia de poder apabullante, fue dirigida hacia el atracador derribándolo de inmediato y dejándolo inconsciente.

La clientela no sabía como reaccionar. Tras unos segundos interminables de silencio, una ola de gritos, vítores y aplausos me envolvieron por completo. Había sido yo quién había salvado a aquellas personas de aquel peligro de muerte, yo era el responsable de que todos volvieran sanos y salvos a sus hogares, yo era el héroe que todos habían esperado...

Aquel día me sentí bien, especialmente bien!

jueves, 14 de mayo de 2009

EL PAVO REAL (El Puma)

Parece ser que mi "nueva vida" no solo me ha afectado física y mentalmente, sino que también en cuestion de gustos. Inexpicablemente, ahora mi cuerpo se deja llevar por ritmos antes desconocidos por mí.
Al sentir ciertas canciones, mi cuerpo queda poseido y no hay manera de frenar el baile desbocado y enloquecido que me domina por completo.

Hasta donde llegará este instinto musical descontrolado?

miércoles, 13 de mayo de 2009

MALUS KAGONTÓ Y EL EJÉRCITO OJCURO

Capítulo 1.

Dime con quién vas

y te diré qué tienes que hacer

(1a parte)

Meme-Oh-Toha

Capital de Reinos Recordados


Junto a la muralla final que limitaba a toda la capital, se encontraban los bajos fondos de la ciudad. Esta zona era lugar de reunión de las personas non-gratas de la urbe: ladrones, jugadores, borrachines, fulanas, asesinos a sueldo..., una extensa colección de personajes con oscuras intenciones y vicios. Era aquí donde se encontraban las tabernas, posadas y burdeles de peor reputación de la ciudad.


De entre estos locales, era conocido por todos “La Muñeca Chochona”, ya que se decía que servían la peor cerveza de la capital. Aún así, siempre estaba a rebosar de clientela y sus pechugonas camareras nunca detenían sus idas y venidas para servir las enormes jarras de cerveza por todas las mesas del local.

Aquella noche había una excitación especial en el ambiente. Era la vigilia de la festividad de “La recolección del cardo borriquero y el cebollino calentorro” y la clientela se había multiplicado por dos.

Muchos eran los que habían llegado a Meme-Oh-Toha para celebrar aquella fiesta anual, pero también utilizaban la celebración como excusa para calmar su curiosidad y visitar el famoso local de la “La Muñeca Chochona”.


Pregón inaugural de la fiestas de
“La recolección del cardo borriquero y el cebollino calentorro”

Al entrar al local la visión era impactante. La gran sala albergaba multitud de clientes de diferentes razas, sexos y clases. En el lateral derecho, un enjambre de mesas era lugar de encuentro de jugadores que apostaban sus pocas pertenencias a los dados, empedernidos bebedores que una tras otra dejaban en dique seco sus jarras de cerveza

y un grupo de abuelitas que, nadie sabía como y ni porqué, se encontraban siempre en la misma mesa, con su leche con galletas y un interminable cuchicheo sobre todo aquel que entrara en el local.

Todo este barullo de clientes, estaban acompañados por un abanico de “señoritas de compañía” que intentaban ganarse alguna moneda ofreciendo sus servicios. Y el abanico de posibilidades era “muy” amplio: desde bellas muchachas de firmes pechos y cintura sinuosa a maduras mujeres con carnes fláccidas y dentaduras inexistentes.


En la parte izquierda del local se encontraba la gran barra de “La Muñeca Chochona”. Allí era donde el ajetreo era mas intenso: gritos, empujones, bebidas voladoras, borrachos inaguantables que abrazaban a cualquier criatura que encontraran en su camino para decirle, con aliento vomitivo, aquello de “Tu edes mi mejod amigo!”. Y un ejército de camareras que no dejaban de bailar de un lugar a otro para dar a vasto a todas las demandas de los clientes.


En el fondo del local, un gran fuego caldeaba el ambiente y era lugar de cocina del único plato que se podía degustar en aquella posada: conejo asado con guarnición sorpresa. Ha de decirse que aquel plato no era un manjar demasiado exquisito y se decía que el conejo era de dudosa procedencia. Lo que era seguro era que por la zona no se había visto ningún gato en muchos años. Lo de la guarnición sorpresa... la sorpresa era si encontrabas la guarnición!


Al lado del fuego se alzaba un escenario donde cada noche había una espectacular actuación. Todos recuerdan cuando Tontok, en semiorco, quiso demostrar que era capaz de cortar una manzana de un solo tajo de su hacha. El problema era que la manzana estaba sobre la cabeza de su compañero y lo que cortó no fue bien bien la manzana.

Aquella noche actuaban las hermanas Svelenkav, dos gemelas contorsionistas de 150 kilos de peso cada una, conocidas por su fantástico número final donde escogían a un voluntario del público para que las recogiera al vuelo, a las dos, después de realizar imposibles piruetas desde una altura de cinco metros.


Pero lo mas imponente de “La Muñeca Chochona” era su propietario. Situado en una de las esquinas del fondo de la posada, en una butaca alzada a un par de metros del suelo, se encontraba Rumick Aquínosefía. Este enano de rudos modales, carácter gruñón y voz gutural, había construido la posada desde la nada y consideraba aquel su único reino y él, su rey.

La butaca estaba adornada a modo de trono: pieles de animales que hacían mas cómodo el aposento, un gran barril donde llenaba su brillante jarra con la cerveza de su local, regalos que ofrecían los clientes de la posada, un par de enanas mulatas que masajeaban los pies de Rumick... Pero lo que llamaba mas la atención era el enorme garrote que el enano utilizaba para llevar a la práctica el honor de su apellido, en caso que algún cliente no efectuara el pago de su consumición.


El ambiente era el típico antes de una gran fiesta como la de “La recolección del cardo borriquero y el cebollino calentorro” y las entradas y salidas de la posada eran constantes.

Sin llamar la atención al resto de clientela, menos a las abuelitas de la leche con galletas, un nuevo cliente entró en el local.

Se trataba de Prince Charmig, un apuesto paladín que se había presentado en el local tras recibir una misteriosa carta que lo citaba en “La Muñeca Chochona”.

Al igual que el paladín, otros tres decididos guerreros habían recibido una nota pidiendo su presencia en aquella posada en el día acordado: Tralin Tralan der Charcco, un animado bardo que siempre iba acompañado de su centenaria guitarra herencia de su família; Edenwinder Pedodelechuza, un elfo explorador con serios problemas para definir sus gustos sexuales, y Smith Riado, un aprendiz a mago con ligeros problemas de memoria.

Uno tras otro se presentaron frente al propietario del bar Rumik Aquínosefía, repitiendo la contraseña secreta que les habían mostrado en el mensaje que habían recibido:

“Quien se ha cagao, que güele a bacalao, tu por tu, ha sido tu”

Tras demostrar haber recibido la carta personalizada mediante aquellas palabras se reunieron con el enigmático responsable de aquel encuentro.

Habían sido escogidos para realizar una peligrosa misión de la cual no sabían si conseguirían salir con vida. Era el inicio de una aventura que los llevarían donde nadie antes había viajado, a ver cosas que nadie antes había visto y a hacer cosas que nadie antes había hecho.

domingo, 10 de mayo de 2009

LA AGENCIA

Querido diario,

He llegado a la terrible conclusión de que la gente es “mu mala”. Y tengo pruebas para demostrarlo!
Después de pasar por media docena de programas explicando mi penoso encierro “chistorrero” , de sentirme el mono de feria de bazofia televisiva como “En directo”, “El diario de Piluca” o “Aquí hay pepino” y de escuchar ofertas vomitivas sobre ir a un concurso donde me encerrarían en una casa junto a una pandilla de inútiles chulo piscinas y un grupito de calienta braguetas siliconadas, llegó el momento de volver a mi antigua vida.
Llegué a mi loft con ganas de tomarme un espumoso baño caliente, pero trabajo me costó hacer que el portero me reconociera. Decía que aquella masa desproporcionada de “michelín” no podía ser yo, que yo (el de antes) era el modelo ejemplar del culto al cuerpo, del cuidado minucioso al buen gusto, al estilo que tantos y tantos deseaban conseguir pero solo unos cuantos llegábamos a poseer. Tanto había cambiado?
Después de repetir una y otra vez mi historia, básicamente porque al portero se le había acabado la pila del “sonotone”, me dejó pasar no sin antes regalarme un insultante saco de carcajadas y de bromas de muy mal gusto.
Una vez en casa, me desnudé como pude, llené la bañera y... Por todos los sueños húmedos con Pilar Rubio: no cabía en la bañera!

Por si alguien no conoce a Pilar, la futura madre de mis hijos

Maldiciendo sin para, y cagándome en el madre que parió la chistorra, me tuve que lavar utilizando una palangana y mi esponja de patito.
Me ahorraré el episodio de las horas y horas que me pase frente al espejo, observando entre lágrimas, como había cambiado mi escultural cuerpo. Habían aparecido pliegues de carne y protuberancias desconocidas por mi por todo mi ser. Aquello era terrible!
Tras dos días de llorar como una magdalena, me armé de valor y decidí presentarme en mi agencia de modelos y preguntar si tenían algún trabajo para mí.
Estuve tres horas para probarme todas y cada una de las camisas, pantalones, americanas que tenía para ir lo mas presentable posible a la oficina. Nada, aquello era mas difícil que poner la hora en el DVD! Finalmente, y soportando la situación mas vergonzosa de mi vida, salía a la calle en albornoz.
Al llegar a “Modelos Ketecagas (Agencia de modelos)” me dirigí a la mesa de recepción como muchas otras veces había hecho. Esta vez la sensación era muy distinta.
Antes, las miradas hacia mi eran de admiración, deseo, lujuria..., pero ahora eran de asombro, burla, cachondeo...

-Perdona, Jenny, puedes avisar a Carmelo que he llegado?- le dije a la recepcionista a la que muchas veces me había insinuado y otras tantas había acompañado a la sala de fotocopiadoras a “ampliar” un trabajo que tenia “entre manos”.

-Eeeh.. eeesstooo... Y tu quien eres?

“Maldita buscona de socabo peludo” pensé.

-No me reconoces? Soy... soy... es que... mira que... me pasó que...- me dí por vencido. Lo último que quería era que mi accidente con el chiringuito de chistorras fuera el tema de conversación de los cafés “sacarinosos” de la agencia.
-Nada, nada... puedes llamarlo? Dile que un antiguo amigo le ha venido a hacer una visita.

Jenny marcó la extensión de mi agente y, a los pocos minutos y muchas miradas de todo el personal que paseaba por allí, se presentó Carmelo.

-Dime Jenny, quién quería verme?-la recepcionista ladeó la cabeza en mi dirección -Perdone, le conozco de algo?... La hoooostia, neng!! Que te ha pasado? Si estas hecho un maldito barrilete de morcillas!! jejeje. Pasa, pasa y me explicas que ha ocurrido.

El despacho de Carmelo fue para mi como una sala de torturas. Para no extenderme, querido diario, resumiré lo mas importante que me dijo mi “amigo”:

-Masa de sebo, accidente?, jajaja, gordinflas, chistorra?, jajaja, vaya cambio!, michelin, buscar trabajo?, jajaja, estas de broma!, morcillón, jajaja, no cabes en la foto!, jajaja, imposible!

Tras aquel encuentro, nunca mas volví a la agencia. Entendí que mi anterior vida había desaparecido por completo y nunca volvería a ser como antes. Era como si nada de lo anterior al accidente con el chiringuito de chistorras hubiera existido.

Aquel día comencé una nueva etapa en mi vida, el renacer de una nueva persona... el nacimiento del Capitán Chistorra!

jueves, 7 de mayo de 2009

ANUNCIO HEINEKEN

DEL PORQUÉ NADIE RECONOCE A SUPERMAN AL VER A CLARK KENT

Extraño misterio el que se nos presenta hoy: Como es posible que un conocido superhéroe pase totalmente desapercibido tomando como alter-ego al patoso y torpe periodista Clark Kent?

Dudo que haya alguien en este mundo que no conozca a Superman.

Llegado al planeta Tierra desde el lejano y desparecido Krypton, ha sido durante décadas el salvador por excelencia de malvados enemigos de la humanidad, terribles catástrofes y peligros de magnitudes épicas.

Todos reconoceríamos su símbolo, su capa, sus colores... Pero es posible que con unas simples gafas de pasta consiga que su rostro sea totalmente irreconocible para nosotros?

Nunca la industria de la óptica había encontrado un filón publicitario tan aclaparador. Bajo lemas del tipo “Ponga unas gafas de pasta en su vida y nadie le reconocerá!”, podría conseguir unas ganancias mas que elevadas.

Imaginemos por un momento que fuera cierto que con unas gafas al mas puro estilo Kent, nuestro rostro cambiara por completo... Sería la leche!

Podrías hacer lo que viniera en gana sin temer las consecuencias, ya que después en un pim-pam, fuera gafas, y nadie “se ha enterao de lo que ha pasao”!

Cierto sería decir que el mundo sería una locura de miopías y estigmatismo poco fiables. Todo el mundo compraría de inmediato unas gafas para ir tranquilo por la vida haciendo aquello que nos saliera de las narices.

Pero porqué un objeto tan insignificante como unas simples monturas negras de pasta, pueden llegar a camuflar tan perfectamente a el mejor héroe de todos los tiempos?

Muchas podrían ser las hipótesis:


1. Puede que el ajustado calzón rojo desvíe la atención del público. Y me dirás que unos calzoncillos rojos junto con las mallas azules no son de lo mas “cantón”. Y si el superhombre tiene superpaquete, el foco de atención está fijo en la entrepierna.

2. Las apariciones de Superman siempre son en momentos de máxima tensión. Puede que la gente esté en estado de shock y no esté para tonterías del tipo “oye, tu cara me suena!”.

3. El tipo de montura es lo mas parecido al de Arale (personaje de Akira Toriyama). La gente debe pensar que Clark Kent es en realidad Arale Norimaki y no un kryptoniano con superpoderes.

4. Que la multitud esté mas interesada en quién se esconde tras los montajes de las revistas del corazón que no de “chorradas” de este tipo. De hecho es bastante mas misterioso el casposo tema de ciertos frikis televisivos que no saber quien va delante de un mantel rojo “colgao” de la espalda.

5. Hipótesis simple: este ma salvao la vida y yastá! Para qué preguntarse mas?

6. Tienen algún tipo de relación el señor Kent con “Betty la fea”?


No se puede decir que entre una y otra haya mucha diferencia
(y perdón pero solo tengo esta foto de mi amigo Clark)

Por supuesto se admiten otras posibilidades que, a su debido tiempo, irán esclareciendo este enigmático, y “chorrático”, misterio.

sábado, 2 de mayo de 2009

UN MODELO A SEGUIR...

EL ACCIDENTE

Querido diario,

Aún recuerdo el día del accidente.

De hecho, no podría considerarse accidente cuando fui yo el responsable de todo lo que ocurrió aquella noche y sus consecuencias en mi vida.


Después del desfile, todos los muchachos que habíamos participado en la Colección Tanga Felino 2009, decidimos buscar un lugar donde cenar. Después de descifrar las palabras de uno de los técnicos, nos dirigimos al barrio de Santa Cruz.

La imagen era del todo impactante! Nunca había estado en un lugar como aquel: la plaza mayor de aquel barrio estaba decorada a base de banderas de diversos países (algunos de los cuales les habían cambiado sus colores sin importarles lo mas mínimo), en el escenario una pareja de cuarentones vestidos como si tuvieran veinte cantaban los últimos éxitos del verano pasado a base de organillo CASIO, tras el escenario se podía ver el espacio destinado a las atracciones de dudosa seguridad, por aquí y por allí los jóvenes realizaban un extraño ritual quemando una pequeña piedra negra a la que mas tarde mezclaban con el tabaco de un cigarro y acababan fumando...

El ruido era ensordecedor, el olor a orines y fritanga mareaba, la multitud era asfixiante...

No sé como, me encontré rodeado de autóctonos de aquella zona que se pasaban el uno al otro un gran vaso de plástico con un misteriosa bebida que provocaba en ellos una gran euforia. Nunca había vista antes a gente bebida y era para mí una situación algo intimidatoria. Uno de ellos, creo que el mas borracho de todos, me ofreció el vaso para que bebiera un sorbo:


-Veeeenga, mushasho...hip... dale un tdago ar Kalimosho...hip!


Y no me preguntes porqué, pero... le dí un trago!

Puede que fuera por curiosidad, puede que por temor a las represalias del grupo que me miraba con cara rara al ver que no pasaba la bebida.

Noté un amargo sabor bajando por mi garganta, calentando mi estómago y revolviendo mis entrañas como si un hormiguero habitará en ellas.

Pero no acabó aquí la cosa, porque después de aquel trago vino otro, y otro, y otro...

Y perdí el mundo de vista. Recuerdo la sensación de una alegría absoluta, una dificultad notable para hablar con claridad (como si la lengua se hubiera hinchado), un mareo que me provocaba caminar de un lado para otro y... muchas ganas de mear! Y aquella sensación fue la provocó el accidente.


Debían ser altas horas de mañana, aunque las calles aún estaban a rebosar de gente con ganas de fiesta, y los chiringuitos de la plaza recogían sus enseres. Yo estaba mas que perdido, sin saber muy bien como había llegado a aquella situación y necesitaba orinar de inmediato.

Encontré lo que creía que era un urinario público, de aquellas pequeñas casitas individuales donde poder realizar tus necesidades. Entré y todo estaba a oscuras. Palpando en la pared, buscaba algún objeto que me guiara en aquel espacio desconocido por mi. Me extrañó sobremanera el fuerte olor a fritanga que envolvía el interior del lavabo público, al igual que lo espacioso que era la instalación transportable, pero aquella noche había descubierto tantas cosas nuevas que no le dí importancia.

No podía aguantar mas, así que me bajé los pantalones y... recé por tener puntería en aquella oscuridad infinita.

Un CLACK me entrecortó el... el... ya me entiendes... el pípi! Asustado, aún con los pantalones abajo, intenté abrir la puerta: estaba cerrada!

Estaba encerrado en un lavabo público, con el trasero al aire, medio borracho y sin saber que hacer! Bueno, sí sabía que hacer: gritar!

De nada sirvió, nadie escuchaba mis llamadas de socorro y auxilio. De repente, escuché el sonido de un motor de furgoneta y el lavabo público comenzó a moverse. Por Armani, me estaban secuestrando en un lavabo público!!

Pánico, terror, histeria... No puedo definir qué sentí en aquellos minutos. La oscuridad y el olor a fritanga no ayudaban en absoluto a calmar mis nervios.

No sé cuanto tiempo viajé me aquella caseta ya que, entre la borrachera y el traqueteo del trayecto, me quedé profundamente dormido.

Horas mas tarde desperté y se hizo presente la situación en la que me encontraba. Entre las rendijas de la puerta, unos hilos de luz entraban al interior de la caseta dándome la posibilidad de descubrir donde me había metido.

Allí donde me encontraba no era un lavabo público sino el chiringuito de bocadillos de chistorra!

Creo que el estado de embriagador en el que me encontraba me hizo confundir uno por el otro. Ahora entendía el olor penetrante a fritanga!

Solo debía esperar que los propietarios del chiringuito móvil aparecieran para pedirles ayuda y salir de aquella comprometida situación.

Pasaron los minutos y nadie aparecía. Los minutos se transformaron en horas y las horas en días y los días en semanas...


Tras un mes de alimentarme únicamente a base de chistorras, alguien abrió la puerta.

Era el propietario que, con una horrenda camiseta con la inscripción “Recuerdo de Benidorm”, se quedó pálido al encontrar toda su despensa de chistorra totalmente vacía y un desconocido con ropas sucias y asquerosas, olor penetrante a días sin ducha y un cuerpo que abultaba buena parte del chiringuito.

El pobre hombre se desmayó en el acto, a lo que yo aproveché para salir tan rápido como pude de aquel lugar.


Poco mas tarde observaría con mis propios ojos los cambios que aquel mes de clausura, a base de chistorra, habían provocado en mi persona. Y los cambios no solo fueron físicos... Pero eso, querido diario, te lo explicaré otro día.


El antes y el después del accidente en el chiringuito de chistorras

LA GRAN NOCHE

Querido diario,


Recuerdo, como si fuera hoy mismo, la noche en que todo cambió.


Durante semanas nos habíamos preparado para la llegada del gran espectáculo. Habíamos pasado horas y horas en el gimnasio, moldeando cada uno de nuestros musculosos cuerpos para llegar a la perfección absoluta (en la que creo que llegué a conseguir, bajo mi humilde punto de vista), ensayando miles de posturas para conseguir la admiración del público, memorizando cada una de las coreografías que presentaríamos sobre el escenario. Aún así, los nervios eran evidentes en los rostros de todos mis compañeros a medida que se acercaba el gran día. Y el momento tan deseado llegó.


La desfile estaba a punto de comenzar, los focos iluminaban la larga pasarela color escarlata, el público (en su mayoría femenino) estaba entusiasmado con el baile de luz y color que marcaba el preámbulo a la gran presentación.

Mi corazón latía a mil por hora al encontrarme tras las cortinas que daban paso al escenario donde debía dar lo mejor de mí.

Maldije la incómoda sensación de sudor en las manos. Debía relajarme! Había nacido para aquél momento y me había preparado a consciencia para estar preparado.


-Tranquilo muchacho, no te pongas nervioso. Han sido semanas muy duras pero ahora ha llegado el momento de disfrutar y demostrar a todo el mundo lo que vales”


Aquella voz interior que transmitía un mensaje tranquilizador parecía dar efecto y me sentía bastante mas relajado. Por un momento pensé en dirigirme al lavabo mas cercano y realizarme uno “auto-masaje” que me enseño una señorita tailandesa hacia unos años. Consistía en realizar un frotamiento progresivo en la...

De repente, escuché la voz en off del presentador que daba inicio al espectáculo. Sus palabras silenciaron en un instante a toda la multitud.


“Señoras y señores, sean bienvenidos al polideportivo La Cebolleta para presenciar, gentileza del video-club Romerales, la fantástica, la maravillosa, la deseadaaa... Colección Tanga Felino 2009!!”


Fue un momento impactante. La cortinas se abrieron dando paso a una explosión de luz y música de ritmo hipnótico. Mi cuerpo escultural se puso en tensión, sentía la adrenalina correr por mis venas, me dejaba lleva por aquellas sensaciones... incluso me pareció llegar a tener una pequeña erección!


Era el momento de salir a la pasarela. La música acompañaba cada uno de mis movimientos en la coreografía que tanto había ensayado. Los gritos ensordecedores de miles y miles de personas, aclamaban cada uno de nuestros sensuales movimientos.

Lo dimos todo sobre el escenario: las poses siguiendo la música chumba-chumba, el contoneo nuestros cuerpos bañados en purpurina para enloquecer a aquel ferviente público, las sonrisas picaronas que lanzábamos a las jovencitas que perdían el control...


El público enloquecido durante el desfile

Llegué a pensar que la Colección Tanga Felino 2009 era lo de menos. Nosotros eramos el espectáculo, nosotros eramos los dioses aquella noche! Durante aquellos momentos me creí el hombre mas feliz del mundo.


Tras 1 hora extenuante de cambios continuos de mínimas piezas de ropa, pases arriba y abajo por la pasarela, cámaras que disparaban insaciables sus flashes y alguna que otra prenda íntima lanzada por nuestras fans del público, llegó el momento de finalizar el gran show.


Los asistentes al gran evento gritaban sin para un “otra, otra, otra...” deseando que el espectáculo no acabara nunca. Lo único que consiguieron fue que saliéramos a saludar, esta vez cubiertos con una bata de seda y nuestras zapatillas aterciopeladas. Y, por supuesto, una sonrisa agradecida a todo aquel personal.

Me sentía feliz y orgulloso de lo que habíamos conseguido. Aquél era el mejor regalo al trabajo realizado con gran esfuerzo durante semanas.

Tras una ducha, mis compañeros y yo, decidimos celebrar el éxito del desfile saliendo a cenar por los alrededores. Pregunté a uno de los técnicos de sonido donde podríamos comer algo ligero.


-Amo a vé! Hoy estang de fietta mayó en er barrio Santa Crú. Vusotro vay payá y argo encontarrei. Digo!


Después de pedirle que repitiera sus ininteligibles indicaciones, conseguí entender alguna cosa. Tras exponer la única opción que se nos presentaba a mis compañeros, decidimos arriesgarnos a ir a aquel barrio desconocido.

Y aquella decisión cambiaría por completo mi vida!