Aquel día Bibiana Sperm decidió cambiar completamente de vida.
Después de 10 años dedicándose en cuerpo y alma (mas bien cuerpo) al cine porno, había decidido dar un giro de 180 grados a su carrera profesional y probar suerte en otro tipo de estilos cinematográficos.
Atrás quedarían películas que la habían hecho famosa en las zonas mas oscuras de los video-clubs, en las estanterías de los sex-shops o en el buscador Google, donde su página web era una de las mas visitadas.
“Vaya trípode tiene el fotógrafo”, “Profe, porqué no me repasa?, “Follocop” o “No sé que me pasa que cuando viene el vecino del quinto me se suben unas calores que ni pa qué”, son algunas de las películas, de contenido altamente sexual, que habían llevado a Bibiana Sperm al estrellato.
Pero estaba decidida ha cambiar, a buscar un nuevo registro como actriz y demostrar a todo el mundo de lo que era realmente capaz.
Primero pensó en probar suerte en el cine de terror.
Se imaginó en una de aquellas escenas donde escapaba, tropezando con el mínimo obstáculo que estuviera en su camino, del asesino en serie que mataba a jóvenes indefensas a golpe de hacha. Ella, corría por un bosque medio desnuda, mientras el enorme y musculoso perseguidor le intentaba dar caza. Sus pechos saltaban al ritmo de la carrera descontrolada de ella, al ritmo de los jadeos provocados por el esfuerzo. Finalmente, el asesino la atrapaba y la lanzaba al suelo del bosque, cerca de las aguas del río. El cuerpo sudoroso del enmascarado (porqué Bibiana se imaginaba al asesino con una máscara blanca al mas puro estilo Jason), se abalanzaba encima suyo enzarzándose en una lucha sin cuartel. Las nalgas de ella se mostrarían a cámara envueltas por las enormes manos del desconocido, mostrando sus partes mas íntimas. Era entonces cuando el asesino desgarraba sus ropas y dejaba ver su pecho peludo (y salvaje), dispuesto a disfrutar del poder que ejercía sobre aquella aterrorizada jovencita. Bibiana se imaginaba lamiendo el pecho de su agresor, mordiendo sus pezones, agarrando su enorme miembro viril con el que el asesino le daría muerte. Entonces su boca... su boca... No, no, no! Aquello no era lo que Bibiana Sperm había decidido! Y, seguro, el cine de terror no era la mejor opción.
Pensó en la posibilidad del cine musical.
Una remake de Mary Poppins podría ser un buen trampolín para su nueva carrera. Se imaginó pues con un inmaculada vestido blanco, cantando el “supercaliflajilisticoespialidoso” mientras bailaba una difícil coreografía al ritmo de la música. Y aquella escena donde paseaba con el deshollinador por un maravilloso parque. Él le agarraría de la mano y tras un largo paseo, descansarían en la agradable hierba del parque. Los pajarillos y las ardillas se acercarían a ellos para crear un ambiente mas mágico, si era posible. El deshollinador le susurraría unas dulces palabras al oído. Algo así como:
-Mary Pompins, me ayudas a desatascar mi chimenea?
Mientras aparecería en primer plano un enorme falo ennegrecido por el trabajo limpiando chimeneas. Los ojos de Bibiana brillarían ante la cámara y se dispondría a lamer el... Para, para, para, para! Otra vez no! Ya volvíamos de nuevo a sus orígenes artísticos. Y era lo que precisamente quería evitar.
Ciencia ficción? Una de aquellas del espacio, con enormes naves espaciales, pistolas láser y robots. Ella podría ser una humanoide defensora del bien, acompañada en todo momento por un pequeño robot con el nombre CONSOL-A2. En alguna escena de hiperespacio, el robot acabaría en algún lugar de su anatomía robótica, conectándose a algún orificio, buscando “cargar pilas” y dándole un placer indescriptible que... Aaaaaalto! Otra vez con lo mismo! No puede ser!
Y de temática infantil? Un “conejito” que quería comerse una laaarrrga, duuura y vigorosssa zanahoria. Desde la punta hasta el foooondo... Basta! No y mil veces no!
Tras muchas horas de ardua reflexión, encontró la solución: cine independiente experimental.
Sabía que era un tipo de cine que estaba en alza y que cada vez eran mas los que veían ese tipo de películas. Le sonaba que películas francesas, japonesas, pakistaníes... habían sido auténticos bombazos en taquilla. El secreto: pocos medios y gran guión.
Bibiana Sperm ya se imaginaba recogiendo el premio como Actriz Revelación otorgado por la academia de las artes escénicas por su trabajo en una de aquellas películas.
Y lo consiguió. No el premio, si no participar en una película. Sí, sí, una película de pocos diálogos, largas escenas a plano continuo, banda sonora a base de silencios, juego de miradas...
El título de la película: “Voyeurs mudos disfrutan de folleteos varios”.
Bibiana Sperm: "Quieres que te enseñe mi currículum?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario