Dime con quién vas
y te diré qué tienes que hacer
(3a parte)
y te diré qué tienes que hacer
(3a parte)
Meme-Oh-Toha
Capital de Reinos Recordados
Poco a poco, los clientes de local de Rumick Aquínosefía, se relajaban viendo como aquellos 4 recién llegados se dirigían hacia el centro de la sala sin temor a enfrentarse a aquella desagradable criatura que no dejaba de insultar y lanzar escupitajos verbales sin tener en cuenta que era horario infantil y acababa de llegar un grupo de niños estudiantes a druidas a "La Muñeca Chochona".
Se hizo un corro en medio de la sala, a modo de improvisado ring y la gente empezó a gritar dado el espectáculo que estaban a punto de presenciar.
-Pelea, pelea!- decían un anciano antes de que le saliera disparada la dentadura postiza. Un grupo de orcos practicaban una patética coreografía para dar ánimos a los combatientes, utilizando unos pompones hechos con pelo de enano gully. Ánimos no se sabe si infundirían, pero la estampida de piojos y otros bichos sarnosos entre el público del combate estaba asegurada.
Edenwinder, profundamente enfadado por los insultos de aquel farfullero, se adelantó a sus compañeros y le propinó una santa bofetada al Hombre-mosca dejándolo mas allá que aquí. La gente acompañó la acción del explorador con un UUUUHHH!!! dando entender que aquél golpe había hecho realmente "mucha pupita" al soez personaje.
Seguidamente fue Prince quien quería rendir cuentas con el Hombre-mosca. Lanzando un pañuelo en símbolo de desafío y reto ante el maleducado enemigo, inició una serie de movimientos de lucha, mas parecido al baile del verano que otra cosa, alzando sus puños en señal agresiva e intimidatoria.
-Mamá, porque ese señor se pone a bailar ahora?- preguntó un niño al ver como actuaba el paladín. -No le hagas caso, debe ser el "raro" del grupo.- respondió la madre.
Prince se acercó al Hombre-mosca y lanzó una directa al rostro, pero el enemigo logró esquivar el ataque, bien gracias a su agilidad, bien al mareo que aún tenía del sopapo anterior.
Smith, mientras, conocedor de su poca capacidad de lucha cuerpo a cuerpo, se dirigió tras la barra a esconderse. Podría parecer una acción de cobardía, que de hecho lo era, pero el mago se encontró de morros con una colección de jarras de cerveza de cristal de bohemia dispuestas a ser lanzadas hacia el enemigo. Y tubo éxito, ya que una de ellas se estrelló entre ceja y ceja del Hombre-mosca, petándole la nariz y originando una cascada sangrienta de los orificios nasales del susodicho.
El Hombre-mosca ya no sabía ni donde estaba ni porqué le estaban azuzando tal paliza. "Si soy un buen chaval!", pensaba él. Recibiendo por aquí, recibiendo por allá, una de sus manos se estrelló inocentemente contra el rostro de Prince, que aún realizaba su danza hipnótica de combate.
Era el turno de Tralin que al ver como se acercaba el enemigo, agarró lo primero que encontró e intentó golpearlo. No tubo suerte al intentar dar con su guitarra en todo el cogote del Hombre-mosca, ya que su ataque se perdió en el aire.
El ambiente estaba ya caldeado. El combate continuaba y las apuestas por el vencedor comenzaban a correr por la taberna. Aquel era el mejor espectáculo que se podía disfrutar en "La Muñeca Chochona" en años. Toda la clientela seguía fervientemente los movimientos de los luchadores.
Edenwinder intentó un ataque dirigido a las partes bajas del Hombre-mosca, pero este esquivó el golpe gracias a un involuntario resbalón provocado por el charco de sangre que emanaba de su nariz. Mientras se levantaba de nuevo dispuesto a un segundo asalto contra aquel grupo de insignificantes personajes, el paladín recapacitó e intentó dirigirse al enemigo con un "discursito" educado y amable. Prince pregonaba hacer una tregua en aquella situación y resolver el conflicto que tenía entre manos junto a una taza de té.
-Señor mosca, creo que comenzamos con el puño equivocado. No estamos aquí para golpearlo, le invito a discutirlo con una taza de té. Insisto, acompáñeme.
-Pero tu me has visto a mí cara de imbécil!- dijo tan amablemente como pudo el Hombre-mosca -Os presentáis aquí, pandilla de niñatos de estercolero, buscándome la mala leche con solo mirarme, tocándome los cataplines en mi territorio, me petáis los morros y ahora me vienes tu diciendo de tomar una taza de té para hacer las paces!! Pero tu crees que soy un picha-floja?? Ahora te voy a dar...
Una certera jarra de cerveza, lanzada por Smith tras la barra, cortó el discurso furioso del Hombre-mosca. El objeto se estrelló esta vez en toda la espalda del contrincante que, dolorido, aún se cabreó mas. Buscando quién era el responsable que aquel lanzamiento, descubrió media cabeza que asomaba tras la barra observando curiosamente la escena. Dedujo que aquel cobarde que se escondía tras el mueble era quién había lanzado la jarra y señalándolo con el dedo, dijo:
-Chaval, tienes las horas contadas como las moscas! Acabó con tu amigo el pacifista y te doy de leches a ti!
Tras la amenaza, el enemigo de morros ensangrentados, dio un salto acrobático y cayendo en picado con las rodillas por delante para golpear a Prince gritaba con voluntad intimidatoria:
-Ataque del moscardón folloneroooooooo!!
Por unos instantes, la taberna quedó en silencio. Todos miraban aquella figura enclenque que surcaba el aire en pos de su presa. Solo las palabras de un niño rompieron el gélido clímax del momento:
-Mamá, qué quiere decir follonero?
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