Después de una larga hibernación en
una de las cápsulas de mi propia nave personal NOSTROMO, construida
total y únicamente a base de palillos y pegamento (vaya colocón con
el pegamento, oyes!), he vuelto a la carga con alguna que otras ganas
de regular las entradas al blog de forma semanal.
Palillo a palillo, nenes... y mucho, mucho pegamento...
Me he dado cuenta que si no soy algo
estricto con este tema, el blog se irá dejando y acabará en algún
bar de mala reputación, fumando colillas del suelo y refregándose
con el primer autobús de viejunos que paren a mear, dirección a “La
caravana del amor”.
Así pues, cada... viernes?...colaré
una nueva y excitante entrada del Capitán Chistorra. Eso sí, puede
que más corta de lo normal porqué tiempo no me sobra en estos
momentos...
Pero bueno, la cosa es que quería
comentaros un tema que me ronda la cabeza, a ritmo musical, desde
este sábado.
En Torontontero se celebró el
“fastástico, fasbuloso y asnimado” Carnaval. Pongo todo los
adjetivos entre comillas porqué para fantástico, fabuloso y
animado... un grano en el culo! Y antes que alguien se me lance a la
yugular (A. esto va por ti!), no me refiero a los grupos que
participan en ella y que se han esforzado de manera sobre-humana para
hacer 300.000 vestidos, carrozas y coreografías. Estos tienen toda
mi admiración... me refiero a la organización de la fiesta.
De por sí, Torontontero no es una
ciudad que se caracterice por su alegría y ambiente festivo. Pero
hay muchas manera de organizar una fiesta, y la peor: la nuestra.
Comenzando por el horario, provocando que los críos acaben hasta los
cataplines de disfraz, bailecito y paseíto. Después tenemos el
recorrido que podría ser más corto dando pie a que las comparsas
montaran algo más movidito (2 horas bailando? ... que no somos
brasileños, gente!). Y la llegada a la plaza final y el discurso del
rey del Carnaval que tiene de todo, menos gracia...es pá cagarse
patas abajo!
En Torontontero??? Como que no...
Pero algo si que ocurrió, que me dio
un ligero repelús... y es lo siguiente:
Durante 2 horas, me puse en la piel de
Bill Murray y viví “El día de la Marmota” de forma apabullante.
Mi experiencia sobre-natural no comenzaba en la cama de un hotel con
un despertador anunciando el fabuloso día del animalejo, si no con
un hilo musical que comenzaba así...
...y acababa así:
En todas, absolutamente en todas las
carrozas (daba igual si fueran de extraterrestres, mosqueteros,
caballitos de mar... lo que fuera) sonaba la dichosa cancioncilla que
puso de moda el Neymar ese. De acuerdo que esta de moda, pero
“jodert” hay mucha música (y mejor) antes que poner a este
panfleto de “Ai si eu te pego”.
Eso digo yo: “Ay si te pego” te
giro hasta la foto de carné! Porqué mira que se ha vuelto pesada la
cancioncilla de los huevos. Pero es lo que tiene estar de moda...
Coño, al principio he dicho que serían
entradas cortas, verdad?... Nos ha jodío!
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