Nefastos días enturbian el futuro de Torontontero con un putrefacto aroma que, de no ser por mi justiciera implicación, hubieran acabado con el jovial espíritu de las gentes de esta ciudad. Sí querido amigo, como debes estar imaginando, los “Ultra Power Sovaquillo's Flaire” han vuelto a las andadas.
Aparecieron el pasado domingo, justo en el preciso instante que me disponía a introducirme en la boca, mi primera aceituna del aperitivo. Me encontraba en una de las plazas de Torontontero, cuando mi súper-olfato, además de percibir el potente aroma de unas patatas bravas que habían pedido en un bareto tres calles más allá, comenzó a notar un perfume inigualable. La principio parecía dulzón, para poco después transformarse en un aroma a huevos podridos y a “pescao pasao”. Sin duda, eran ellos!
Tan rápido como pude, me dirigí a los lavabos del local. Allí tuve mis más y mis menos con un anciano que se había quedado encerrado en el lavabo y no conseguía salir. El tema es que era de esos lavabos con luz automática que, pasados unos segundos, se apaga. El viejuno, por mucho que palpara las paredes, que llegaba a encontrar de nuevo el botoncito del interruptor y así, abrir el cerrojo. Tras 20 minutos intentando tranquilizar al señor (claro: a oscuras, con el culo al aire, y sin poder salir... imaginate!), pude realizar mi transformación a Capitán Chistorra. Pero ya era demasiado tarde: los “Ultra Power Sovaquillo's Flaire” se habían adueñado de la plaza!
Los que olían su maloliente aroma, caían en una especie de trance hipnótico al que les obligaban a obedecer todo aquello que deseaban. El resultado era impactante!
Era evidente que, en aquella situación, mis posibilidades de victoria eran mínimas. Solo me quedaba una opción: pedir refuerzos.
Gracias a uno de los inventos que mi colaborador Fisher Price, utilicé un comunicador 3G de última generación, para dar la voz de alarma a un miembro de la Patrulla Hics. Como no, estoy hablando de la impresionante SHAPAR-ON.
-Vas a ver tu lo que es un chirimiri gordo!
Gracias a sus poderes sobre las tormentas, Shapar-on pudo crear una intensa lluvia con la que frenar el avance de los “Ultra Power Sovaquillo's Flaire”. Primero fueron cuatro gotas, pero poco a poco, unos inmensos nubarrones grisáceos, tirando a negrotes, aparecieron en el horizonte. Aquellas pequeñas gotas, acabaron siendo goterones de considerable tamaño.
Shapar-on, consiguió que los “Ultra Power Sovaquillo's Flaire” quedaran más limpios que una patena. Aquella putrefacta olor desapareció en cuestión de minutos y el enemigo acabó por rendirse. Pero poco puedes fiarte de tales asquerosos maleantes. Así pues, me dispuse a darles el golpe de gracias: tirarles por encima una botella entera, tamaño familiar, de colonia Nenuco.
Una vez más, la unión de mis poderes con los de otro justiciero del bien, en este caso justiciera, sirvieron para vencer al enemigo.
Para celebrarlo, Shapar-on y yo nos dedicamos el resto del domingo a practicar un ataque conjunto: el ventilador.
Pero eso es otra historia que... no sé si explicaré algún día...
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