Michael Jackson ha muerto.
Sí, sí, sí... ya se que hace una semana que murió y que constantemente aparecen en las noticias nuevas versiones sobre su fallecimiento. Pero he necesitado unos días para recuperarme del shock de la noticia de la desaparición de uno de mis ídolos.
Desde pequeño he escuchado música de Michael Jackson. Tuve la suerte que a mis padres les gustaba su estilo, el ritmo y su forma de hacer música.
Aún recuerdo la llegada de “Thriller” a nuestro humilde hogar. Nunca un disco de vinilo giró tantas veces en el tocadiscos. Bueno, sí, cuando me enamoré locamente de Whitney Houston. Pero eso ya lo explicaré otro día!
Reconozco que, cuando no había nadie en casa, ponía la música a todo volumen y bailaba por todas las habitaciones (sobre todo en aquellas donde había espejos) imitando las coreografías de Michael.
Poco a poco crecí, pero Michael siempre estaba allí. Cierto es que cada día hacía peor cara, el muchacho. Esa manía de querer cambiarse la nariz, de querer perder el color ébano, de llevar tiritas en la punta de los dedos, de... son tantas cosas! Pero el era así: rarillo.
Ahora ya no le volveremos a ver. Bueno, aún nos quedan sus fantásticos, espectaculares, asombrosos video clips de sus canciones.
Por eso quiero acabar esta entrada de la mejor manera posible. Puede que alguien se ofenda en el homenaje que presento, pero creo que la mejor manera de recordar a alguien que se ha ido al “otro barrio” es con una sonrisa en el rostro.
Aquí tenéis una parodia del vídeo de BAD (1987), al mas puro estilo Capitán Chistorra.
Y propongo que a cambio del “minuto de silencio” en honor a fallecido, hagamos un “minuto de baile”. A Michael le gustara bastante mas.
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