Capítulo 1.
Dime con quién vas
y te diré qué tienes que hacer
(1a parte)
Meme-Oh-Toha
Capital de Reinos Recordados
Junto a la muralla final que limitaba a toda la capital, se encontraban los bajos fondos de la ciudad. Esta zona era lugar de reunión de las personas non-gratas de la urbe: ladrones, jugadores, borrachines, fulanas, asesinos a sueldo..., una extensa colección de personajes con oscuras intenciones y vicios. Era aquí donde se encontraban las tabernas, posadas y burdeles de peor reputación de la ciudad.
De entre estos locales, era conocido por todos “La Muñeca Chochona”, ya que se decía que servían la peor cerveza de la capital. Aún así, siempre estaba a rebosar de clientela y sus pechugonas camareras nunca detenían sus idas y venidas para servir las enormes jarras de cerveza por todas las mesas del local.
Aquella noche había una excitación especial en el ambiente. Era la vigilia de la festividad de “La recolección del cardo borriquero y el cebollino calentorro” y la clientela se había multiplicado por dos.
Muchos eran los que habían llegado a Meme-Oh-Toha para celebrar aquella fiesta anual, pero también utilizaban la celebración como excusa para calmar su curiosidad y visitar el famoso local de la “La Muñeca Chochona”.
Al entrar al local la visión era impactante. La gran sala albergaba multitud de clientes de diferentes razas, sexos y clases. En el lateral derecho, un enjambre de mesas era lugar de encuentro de jugadores que apostaban sus pocas pertenencias a los dados, empedernidos bebedores que una tras otra dejaban en dique seco sus jarras de cerveza
y un grupo de abuelitas que, nadie sabía como y ni porqué, se encontraban siempre en la misma mesa, con su leche con galletas y un interminable cuchicheo sobre todo aquel que entrara en el local.
Todo este barullo de clientes, estaban acompañados por un abanico de “señoritas de compañía” que intentaban ganarse alguna moneda ofreciendo sus servicios. Y el abanico de posibilidades era “muy” amplio: desde bellas muchachas de firmes pechos y cintura sinuosa a maduras mujeres con carnes fláccidas y dentaduras inexistentes.
En la parte izquierda del local se encontraba la gran barra de “La Muñeca Chochona”. Allí era donde el ajetreo era mas intenso: gritos, empujones, bebidas voladoras, borrachos inaguantables que abrazaban a cualquier criatura que encontraran en su camino para decirle, con aliento vomitivo, aquello de “Tu edes mi mejod amigo!”. Y un ejército de camareras que no dejaban de bailar de un lugar a otro para dar a vasto a todas las demandas de los clientes.
En el fondo del local, un gran fuego caldeaba el ambiente y era lugar de cocina del único plato que se podía degustar en aquella posada: conejo asado con guarnición sorpresa. Ha de decirse que aquel plato no era un manjar demasiado exquisito y se decía que el conejo era de dudosa procedencia. Lo que era seguro era que por la zona no se había visto ningún gato en muchos años. Lo de la guarnición sorpresa... la sorpresa era si encontrabas la guarnición!
Al lado del fuego se alzaba un escenario donde cada noche había una espectacular actuación. Todos recuerdan cuando Tontok, en semiorco, quiso demostrar que era capaz de cortar una manzana de un solo tajo de su hacha. El problema era que la manzana estaba sobre la cabeza de su compañero y lo que cortó no fue bien bien la manzana.
Aquella noche actuaban las hermanas Svelenkav, dos gemelas contorsionistas de 150 kilos de peso cada una, conocidas por su fantástico número final donde escogían a un voluntario del público para que las recogiera al vuelo, a las dos, después de realizar imposibles piruetas desde una altura de cinco metros.
Pero lo mas imponente de “La Muñeca Chochona” era su propietario. Situado en una de las esquinas del fondo de la posada, en una butaca alzada a un par de metros del suelo, se encontraba Rumick Aquínosefía. Este enano de rudos modales, carácter gruñón y voz gutural, había construido la posada desde la nada y consideraba aquel su único reino y él, su rey.
La butaca estaba adornada a modo de trono: pieles de animales que hacían mas cómodo el aposento, un gran barril donde llenaba su brillante jarra con la cerveza de su local, regalos que ofrecían los clientes de la posada, un par de enanas mulatas que masajeaban los pies de Rumick... Pero lo que llamaba mas la atención era el enorme garrote que el enano utilizaba para llevar a la práctica el honor de su apellido, en caso que algún cliente no efectuara el pago de su consumición.
El ambiente era el típico antes de una gran fiesta como la de “La recolección del cardo borriquero y el cebollino calentorro” y las entradas y salidas de la posada eran constantes.
Sin llamar la atención al resto de clientela, menos a las abuelitas de la leche con galletas, un nuevo cliente entró en el local.
Se trataba de Prince Charmig, un apuesto paladín que se había presentado en el local tras recibir una misteriosa carta que lo citaba en “La Muñeca Chochona”.
Al igual que el paladín, otros tres decididos guerreros habían recibido una nota pidiendo su presencia en aquella posada en el día acordado: Tralin Tralan der Charcco, un animado bardo que siempre iba acompañado de su centenaria guitarra herencia de su família; Edenwinder Pedodelechuza, un elfo explorador con serios problemas para definir sus gustos sexuales, y Smith Riado, un aprendiz a mago con ligeros problemas de memoria.
Uno tras otro se presentaron frente al propietario del bar Rumik Aquínosefía, repitiendo la contraseña secreta que les habían mostrado en el mensaje que habían recibido:
“Quien se ha cagao, que güele a bacalao, tu por tu, ha sido tu”
Tras demostrar haber recibido la carta personalizada mediante aquellas palabras se reunieron con el enigmático responsable de aquel encuentro.
Habían sido escogidos para realizar una peligrosa misión de la cual no sabían si conseguirían salir con vida. Era el inicio de una aventura que los llevarían donde nadie antes había viajado, a ver cosas que nadie antes había visto y a hacer cosas que nadie antes había hecho.
!! Buenisimo Captain Chistorra (que es chistorra? quiero saberlo?), ese tal Pedodelechuza seguro que lo lleva un joven sensual e inteligente, ojala fuera el (xD).
ResponderEliminarUn saludo y hasta otra.