Querido diario,
Hoy quiero contarte lo que sucedió el día en que descubrí que había cambiado, el día que se manifestó el primero de mis poderes.
Tras un penoso y duro día buscando un nuevo trabajo para pagar el alquiler de mi fastuoso y desorbitante loft, y con los ánimos por los suelos por solo haber conseguido una entrevista para un trabajo a horas limpiando los retretes de una escuela de niños mimados, decidí buscar algún local donde poder cenar alguna cosa ligera. Finalmente encontré lo que buscaba!
Entre en el McDonals sin estar del todo convencido del menú que iba a escoger. Los cambios anatómicos que había provocado en mi la chistorra ya habían sido suficientes. Debía ser muy estricto con la comida si quería volver a ser el de antes.
-El siguiente! - chilló una chica con una voz altamente aguda tras un micrófono que parecía estar enganchado a sus labios – El siguienteeeee!!
-Yo, yo, yo... estooo... un menú.- dije avergonzado. Era la primera vez que entraba en un local como aquel y no sabia cual era el protocolo de actuación frente a la demanda que la chica, con la cara llena de granos provocados por las alocadas hormonas juveniles, me estaba haciendo.
-Big Mac, Big N Tasty, Big N Tasty Cheese , Quarter Pounder Cheese, Double Quarter Pounder Cheese, Crispy Chicken , Chicken McGrill , Filet-O-Fish , Double Cheeseburger...
Aquella muchacha era una ametralladora de palabras inagotable. Sin dejarme tiempo a pensar, escuché de su boca un “Ya sabe qué quiere?” inquisidor que me hizo temblar las rodillas.
-Eeeehhh... el... el primero!
-Bebida?
-Como? - aún me estaba recuperando.
-Que qué quiere beber?
-Un Seven Up.
-Un qué? - dijo extrañada la muchacha.
-Un Seven Up.
-Y eso se bebe? Pues no lo tenemos!
-Una Cocacola light?
-Light? - repitió ella escondiendo una sonrisa burlona, la muy... - Pequeña, mediana o... o grande?
-Pe-que-ña! - dije con un “ligero” enfado.
-Patatas?
-Qué?
-Que si quiere patatas?
-Ah, también hay patatas?
-Sí, también hay patatas!
-Aaaahh... pues sí!
-Pequeña, mediana o grande?
-Ya le he dicho antes que pequeña. - no entendí porqué me volvía a repetir la pregunta.
-Eso era la bebida?
-Y ahora?
-Ahora le pregunto si quiere las patatas pequeñas, medianas o grandes?
-Ah, pero las cortan a diferentes medidas? Muy curioso!
-Noooo! Me refiero a la cantidad que quiere: pequeñas-cajita pequeña, medianas-cajita mediana, grande-cajita grande. Me entiende?
Me comenzó a dar la sensación que aquella jovencita, seguidora hasta la muerte de Britney Spears, comenzaba a tratarme como a un niño pequeño. Y eso no lo podía soportar.
-Cajita pequeña! - dije apretando los dientes y mostrando un rostro enrojecido por el enfado que comenzaba a nacer en mi interior. Por fortuna para mí, y para la chica, apareció a los pocos segundos una bandeja con todo lo que había pedido.
Un poco mas relajado, cogí lo que sería mi cena y me dirigí hacia una de las mesas. En ese preciso momento, entró en el local un hombre encapuchado con una media en la cabeza y parecía que necesitaba urgentemente tomarse algún tipo de droga por el nerviosismo que manifestaba. Había oído que aquellos síntomas recibían el nombre de “estar con el mono”. A mi me pareció que aquel tipo había invitado a tomar el té a todo le reparto de “El planeta de los simios”.
Solo una vez había visto algo parecido. Fue después de uno de mis primeros desfiles. Fuimos a casa de Javilín, un compañero de pasarela, a celebrar el existo merendando triangulitos de pan Bimbo con Nocilla. La llegar a su casa encontramos a su abuela encima de la mesa del comedor realizando un striptis, convencida por completo que era Demi Moore.
Pero volvamos con el “colgao”. Como te decía estaba muy, pero que muy apurado.
La bandeja se me cayó al suelo al ver que sostenía en su temblorosa mano una pistola. El ruido que provoqué alteró aún mas al ladrón que comenzó a gritar:
-Quieto parao tol mundo! Eshto é un atraco!
La clientela del local se alzó en un histerismo instintivo que se vio frenado de inmediato por un par de tiros al aire del encapuchado.
-Tarshe callao, coñio! Y tol mundo al shuelo! - a lo que todos los enmudecidos que estábamos allí obedecimos sin ningún tipo de reparo.- Tú, el shegurata! No te hagas el longui y tiramé la pipa pakí.
“Seguridad”? Estábamos salvados! Si existía personal de seguridad seguro que sabría reaccionar frente aquella tensa situación de peligro. Pero nuestras esperanzas se desvanecieron al conocer el “personal de seguridad” que contrataba aquella franquicia de comida rápida.
Un viejo, al que seguro le faltaban segundos para llegar a la jubilación, se levantó torpemente del suelo, cogió su pistola sospechosamente de plástico y la lanzó hacia el yonqui-ladrón. Tanta fue su mal puntería, que la pistola cayó en dirección contraria a asaltador y a un par de metros de mi situación.
-Oye, tu, mashtodonte! Levántate y me acercash la pishtolita, eh, gordinflash!
Maldije al yonqui, al segurata, a mis kilos que no pasaban para nada desapercibidos, al maldito McDonals y su puñeteros menús, al … Me levanté, dí un par de pasos con las manos a la vista, lentamente... No quería asustar al ladrón y provocar un accidente. Me agaché para coger la pistola de espaldas al yonqui y... sucedió!
No sé si por la tensión acumulada, los nervios o lo que fuera, noté que nacía en mi una fuerza descomunal, un poder incontrolable, una energía arrolladora... que nacía en mi interior y pedía a gritos salir por... el culo!
De mi trasero, una flatulencia de poder apabullante, fue dirigida hacia el atracador derribándolo de inmediato y dejándolo inconsciente.
La clientela no sabía como reaccionar. Tras unos segundos interminables de silencio, una ola de gritos, vítores y aplausos me envolvieron por completo. Había sido yo quién había salvado a aquellas personas de aquel peligro de muerte, yo era el responsable de que todos volvieran sanos y salvos a sus hogares, yo era el héroe que todos habían esperado...
Aquel día me sentí bien, especialmente bien!
¿Cómo no te vas a sentir bien? Después de expulsar semejante acumulación de gases en el cuerpo, en el paraíso debiste sentirte.
ResponderEliminarUn saludo.
Tienes todas la razón! LO bien que se queda uno después de librarse de un buen "cuesco"!
ResponderEliminarPero un "peo incontrolado", el el momento inadecuado y en el lugar inadecuado, puede provocar una catastrofe de dimensiones épicas.
Algun dia hablaré de este tema...
Gracias por visitar el blog!
Saludos