Hace mucho que no te escribo, pero es que últimamente he estado muy, pero que muy liado. Ya hace mas un año de mi surrealista experiencia con el chiringuito de feria donde, al alimentarme sobremanera a base de chistorras durante unas semanas, adquirí mis super-poderes. Fue el nacimiento de mi doble vida como Capitán Chistorra: de día... cualquier trabajo temporal (actualmente trabajo en una fabrica de pela pipas a mano) de noche justiciero del bien.
Estuve dudando en como celebrar este primer aniversario: que si la típica fiesta (pero siempre efectiva) de pastel, ganchitos, cola y panbimboconocilla; que si algo mas tranquilo y refinado con una buena cena y un buen vino: que si lomokeso con Don simón, “franfur” y birreta..., o puede que un tipo de celebración mas alocada tipo despedida de soltero con litros y litros de alcohol, en uno de esos locales de poca luz, mucho humo y señoras que te susurran al oído sus habilidades con los idiomas (reconozco que estuve tentado de pedir que me enseñara el birmano!).
Pero no, finalmente decidí realizar un viaje y poder disfrutar del “merecido descanso del guerrero”. Destino: Italia! Podría haber escogido otro destino? Sí, pero el vuelo a Italia era el mas barato y el primero que me ofreció la bellísima señorita de la agencia. Pues nada... para Italia vamos!
Y, querido amigo, allí descubrí que un superhéroe nunca tiene vacaciones. Lo que tenía que ser cinco días de descanso, acabaron siendo un interminable ajetreo de trabajo en “horas-extra” que ni te cuento. Bueno sí, te contaré.
Después de instalarme en el hotel, que lo mío me costó encontrar la habitación con tanta escalera arriba-escalera abajo, un recepcionista “sarasón” que continuamente me hacia ojillos de “esta noche cuando duermas ya te pillaré, ya, piccolo bambino!” que miedo daba y los problemas con el idioma (por extraño que parezca, o no, he descubierto que los italianos ponen pocas ganas en intentar facilitar el italiano para un español. Aunque las dos lenguas se parezcan... o italiano o inglés!), me dirigí al centro de Bolonia.
Unos paseos por sus callejuelas porchadas, unos heladitos de chocolate y...
-Signori, signori!
Era una señorita que me se dirigía hacia mí con cara de desespero.
-Signori, signori... aiutami!
-Que le ocurre, señorita?
-Prego, un mostro grande vole mangiare . Per favore, aiutami!
Y acto seguido un terrible rugido se escuchó en el callejón, apareciendo ante mi una enorme figura de unos 6 metros de alto y bastante mas de envergadura. Sus musculosos brazos realizaron un barrido horizontal para destrozar, sin apenas esfuerzo, toda la fachada de una de las casas laterales del callejón. Realmente era un monstruo con todas las de la ley.
-GGRRRAAARRRLLLL! (típico grito de monstruo grande, grande)
La cosa se ponía fea y supuse que debía hacer algo al respecto. Como mínimo intentar ayudar a aquella muchacha.
-Póngase a cubierto, esto se va a poner feo!
-Come diche?
-Que te apartes!
Era el momento de demostrar a aquella criatura como se las gasta Capitán Chistorra cuando le joden las vacaciones.
-Oye tu, puede que no me conozcas: soy el Capitán Chistorra y...
-Sono Mister Calzone!
Aquella voz gutural acojonaba al mas valiente. Pero yo no era el mas valiente... quiero decir que yo era un superhéroe y que no podía acobardarme ante el primer desafío internacional que se me presentaba.
Mister Calzone...uhmmm... un bonito nombre
para un monstruo “made in italy”.
Realicé unos movimientos, con mi conocido baile de pies, para evaluar la coordinación y rapidez de aquella mole. Bien, su velocidad era su primer punto fuerte. Me acerqué un poco mas al monstruo para evaluar...
PATAPUUUUMMM! Hostia viene, hostia va!
Unos de las zarpas de aquella “cosa” me dio un tremendo sopapo que me lanzó diez metros mas allá, chocando con los contenedores de basura.
-Cagontóloquesemenea! Vas a ver lo que vale un peine, cacho-cosa!
Utilizando mi mirada “super-calorífica” quería abrasar la piel de aquella criatura, pero solo conseguí “tostar” un poco la superficie. No era suficiente. Puede que mi "super-resoplido asmático" frenara su avance hacia mí.
Me puse enfrente de Mister Calzone y...
PATAPUUUUMMM! Otro mamporro que me llevo, neng!
Pero esta vez la cosa se decantó a mi favor. Al darme el poderoso golpe, pude arrancar un trozo de aquel monstruoso monstruo. No sintió apenas dolor, o no lo demostraba el muy jodido, pero al tener aquel cacho en mis manos un atrayente olor llegó a mi olfato. Un olor que provenía del trozo de Mister Calzone. Me lo acerque a la nariz y... exacto: era autentica masa de pizza!
Aquel era su pinto débil: Mister Calzone era una auténtica, pero monstruosa, calzone con patas. Y solo había una manera de acabar con ella!
Utilizando mi super-velocidad, me desplazaba en zig-zag, arrancando a cada paso un trozo de aquella maléfica criatura, para acabar comiéndomela antes de realizar una nueva pasada. Mi mandíbula funcionaba a mas no poder, mi panza se inflaba a cada nuevo bocado, era comer-comer-comer... cosa a la que estaba plenamente acostumbrado. Bocado a bocado conseguía reducir aquel producto del mal a la mas ínfima porción de masa de pizza.
Poco a poco, el monstruo fue encogiendo en tamaño, acabando siendo mi cena improvisada de aquella noche. Finalmente, y con el último bocado, acabé de una vez por todas con el peligro de Mister Calzone.
-Grazie mile.- dijo la muchacha- Che posso fare per ripagare?
-Ripagare?
-Agracecherte la tua aiuta... mmmm...
-Puessss...
Aquella noche no me preocupé por el recepcionista del hotel. Solo al llegar acompañado por Alessandra su mirada se desesperó por completo. Lo que ocurrió en la habitación... pues otra comilona! Pero esta mucho mas apetecible que la anterior.
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