Una de las cosas que mas disfrutaba, era cuando me despertaba bien temprano (suponía que era temprano porque no se sentía ni un ruido en casa) y me preparaba para mi sesión de lectura de cómics.
Lo primero era prepararse: ir a la cocina a por un trozo de chocolate, poner la almohada y los cojines en posición, meterme de nuevo en la cama y dejarme llevar por las historias de los X-MEN, Legión de Superhéroes, Capitán Atom, Batman... y un largo etc. de personajes que me hacían disfrutar de lo lindo.
La compra de cómics la había realizado en día anterior en la famoso y archi-conocido quiosco de “El cojo” (ciertamente, el propietario era cojo!) al módico precio de 125 pesetas . Vaya tiempos aquellos que aún rondaban las pesetas por el mundo!
Era el gasto semanal, y sagrado, que hacía de la semanada que me daban mis padres. Mas tarde llegó cuando yo mismo me compraba, con el dinero que ganaba con el sudor de mi frente (que bonito má quedao!), el vicio de transportarme al mundo de mutantes, poderes sobre-naturales, villanos con intención de dominar el mundo y demás.
Los cómics se fueron amontonando en mis estanterías. A 2 o 3 por semana, ya podéis hacer cuentas!
Los años pasaron y hubo un parón importante en la compra de cómics. Puede por la “edad del pavo”, puede por el gasto en otros vicios, puede por el nacimiento del interés por las chicas, puede por... yo que sé! La cuestión fue que deje de comprar cómics, aunque siempre chafardeaba en las estanterías de los quioscos para no dejar de estar al día.
Hace unos años me vino de nuevo el “venazo comiquero”, pero al ver el precio de un ejemplar de cualquiera de ídolos de mi infancia, me quedé asombrado, por no decir “aconjonao”.
Debe ser el euro o lo que sea, pero encuentro el precio de los cómics desorbitados, demasiado caros. Reconozco que es un arte y que se debe pagar un precio justo por el trabajo que se realiza, pero de eso a cobrar una barbaridad por un cómic...
La cosa es que continuo chafardeando en las estanterías y, solo de vez en cuando, me compro algún cómic. Para no perder el “mono”.
Ahora solo faltaría en chocolate, los cojines y ...
Mare de deu senyor... el quiosco de cojo... fua... qué momentos para el recuerdo. Aquellos pequeños robos de chuches intentando esquivar su dura mirada... Allá compré también mis primeros cómics y la legión de superheroes estaba entre ellos (¿no tendrás los últimos números de la collección?)
ResponderEliminarY sí, los cómics están caros con todas esas ediciones en tapa dura y etc. Además, lo que está pasando últimamente en el universo marvel es para pegar un tiro a alguien...
¿Hacemos un intercambio de cómcis de los 80 y principios de los 90?