Querido diario,
Durante semanas nos habíamos preparado para la llegada del gran espectáculo. Habíamos pasado horas y horas en el gimnasio, moldeando cada uno de nuestros musculosos cuerpos para llegar a la perfección absoluta (en la que creo que llegué a conseguir, bajo mi humilde punto de vista), ensayando miles de posturas para conseguir la admiración del público, memorizando cada una de las coreografías que presentaríamos sobre el escenario. Aún así, los nervios eran evidentes en los rostros de todos mis compañeros a medida que se acercaba el gran día. Y el momento tan deseado llegó.
La desfile estaba a punto de comenzar, los focos iluminaban la larga pasarela color escarlata, el público (en su mayoría femenino) estaba entusiasmado con el baile de luz y color que marcaba el preámbulo a la gran presentación.
Mi corazón latía a mil por hora al encontrarme tras las cortinas que daban paso al escenario donde debía dar lo mejor de mí.
Maldije la incómoda sensación de sudor en las manos. Debía relajarme! Había nacido para aquél momento y me había preparado a consciencia para estar preparado.
-Tranquilo muchacho, no te pongas nervioso. Han sido semanas muy duras pero ahora ha llegado el momento de disfrutar y demostrar a todo el mundo lo que vales”
Aquella voz interior que transmitía un mensaje tranquilizador parecía dar efecto y me sentía bastante mas relajado. Por un momento pensé en dirigirme al lavabo mas cercano y realizarme uno “auto-masaje” que me enseño una señorita tailandesa hacia unos años. Consistía en realizar un frotamiento progresivo en la...
De repente, escuché la voz en off del presentador que daba inicio al espectáculo. Sus palabras silenciaron en un instante a toda la multitud.
“Señoras y señores, sean bienvenidos al polideportivo La Cebolleta para presenciar, gentileza del video-club Romerales, la fantástica, la maravillosa, la deseadaaa... Colección Tanga Felino 2009!!”
Fue un momento impactante. La cortinas se abrieron dando paso a una explosión de luz y música de ritmo hipnótico. Mi cuerpo escultural se puso en tensión, sentía la adrenalina correr por mis venas, me dejaba lleva por aquellas sensaciones... incluso me pareció llegar a tener una pequeña erección!
Era el momento de salir a la pasarela. La música acompañaba cada uno de mis movimientos en la coreografía que tanto había ensayado. Los gritos ensordecedores de miles y miles de personas, aclamaban cada uno de nuestros sensuales movimientos.
Lo dimos todo sobre el escenario: las poses siguiendo la música chumba-chumba, el contoneo nuestros cuerpos bañados en purpurina para enloquecer a aquel ferviente público, las sonrisas picaronas que lanzábamos a las jovencitas que perdían el control...
Llegué a pensar que la Colección Tanga Felino 2009 era lo de menos. Nosotros eramos el espectáculo, nosotros eramos los dioses aquella noche! Durante aquellos momentos me creí el hombre mas feliz del mundo.
Tras 1 hora extenuante de cambios continuos de mínimas piezas de ropa, pases arriba y abajo por la pasarela, cámaras que disparaban insaciables sus flashes y alguna que otra prenda íntima lanzada por nuestras fans del público, llegó el momento de finalizar el gran show.
Los asistentes al gran evento gritaban sin para un “otra, otra, otra...” deseando que el espectáculo no acabara nunca. Lo único que consiguieron fue que saliéramos a saludar, esta vez cubiertos con una bata de seda y nuestras zapatillas aterciopeladas. Y, por supuesto, una sonrisa agradecida a todo aquel personal.
Me sentía feliz y orgulloso de lo que habíamos conseguido. Aquél era el mejor regalo al trabajo realizado con gran esfuerzo durante semanas.
Tras una ducha, mis compañeros y yo, decidimos celebrar el éxito del desfile saliendo a cenar por los alrededores. Pregunté a uno de los técnicos de sonido donde podríamos comer algo ligero.
-Amo a vé! Hoy estang de fietta mayó en er barrio Santa Crú. Vusotro vay payá y argo encontarrei. Digo!
Después de pedirle que repitiera sus ininteligibles indicaciones, conseguí entender alguna cosa. Tras exponer la única opción que se nos presentaba a mis compañeros, decidimos arriesgarnos a ir a aquel barrio desconocido.
Y aquella decisión cambiaría por completo mi vida!
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